Hoy se estrena en todos los cines de la República mexicana la espléndida película “Casi el paraíso”, inspirada en la novela de Luis Spota y dirigida y escrita por Edgar San Juan. La obra, publicada en 1956, fue propiamente el primer bestseller mexicano. En todas las librerías del país se encontraban altísimas torres de la obra de Spota, lo cual cuentan que hasta opacó el lanzamiento de “La región más transparente” de Carlos Fuentes. Ahora en el siglo XXI, gracias a la reedición de la novela cuya portada es el póster del filme con los intérpretes principales, el público tendrá oportunidad de descubrir a un consumado escritor ya fallecido, aunque un poco olvidado, y a un nuevo director con su ópera prima, que seguramente recibirá muchos premios en festivales nacionales e internacionales.
El martes pasado, fui invitada a la premiere de la película en la CDMX. Me gustó tanto que a la salida busqué al director, Edgar San Juan, para proponerle una entrevista. Quería preguntarle todo, ¿cómo se le había ocurrido llevar el libro al cine?, ¿qué tan difícil había sido la adaptación de la obra, que acontece en los cincuenta, a nuestros días?, ¿cómo había trasladado una novela de tiempos atrás al séptimo arte? y, además, ¿cómo había logrado adaptar los flashbacks del protagonista nacido en Italia a nuestro país? He aquí lo que me contó Edgar San Juan.
“Es cierto que ‘Casi el paraíso’ tuvo un éxito sorprendente porque permeó las clases populares, aunque habla de las clases altas de los cincuentas y sobre todo de la clase política. Hay que decir que Luis Spota era ya entonces muy conocido, por sus diversas actividades: cronista, guionista, periodista, pero especialmente narrador de las peleas de box. Fue el primer presidente de la Comisión de Boxeo.
“Era muy seductor. Tuvo una amante muy conocida, la actriz mexicana, muy hermosa, Elda Peralta, a quien le dejó todos los derechos de su obra. Durante diez años, traté de convencerla de llevar al cine ‘Casi el paraíso’. La obra me marcó cuando era yo adolescente y me marcó para siempre. Me llamó mucho la atención el retrato que hace del racismo, del malinchismo, de la clase política corrupta y voraz y siento que retrata muy bien este complejo de ‘alfombrita’ que tenemos los mexicanos con los extranjeros, especialmente si son europeos y son blancos.
“Me encantó esta peripecia del conde Ugo Conti al llegar a México y que rápidamente se adaptara a una sociedad mexicana y una clase política muy arribista e ignorante. Leí la novela de Spota cada tres o cuatro años y me divertía y la disfrutaba mucho. En cada entrevista con Elda Peralta, le insistía yo adaptar la película al cine. Finalmente, y después de muchos intercambios de opiniones, desarrollamos el proyecto”.
Mientras el director me platicaba su odisea personal, recordaba varios momentos de la película. Hay que decir que se trata de una tragicomedia muy bien entretejida del presente y el pasado del protagonista, Andrea Arcangeli, un actor de 31 años, nacido en el municipio de Pescara, Italia. Ha actuado en varias películas y en miniseries de Europa. Además del italiano y del inglés, habla un castellano perfecto. Su papel en “Casi el paraíso” (2024) resulta muy entrañable, de hijo de una prostituta italiana, a un preso, hasta llegar a convertirse tramposamente en un muy seductor, bien parecido y supuesto conde. Me gustó mucho su actuación porque no es grandilocuente, y lo hace tan bien como aristócrata que acaba convenciendo a toda una sociedad mexicana cursi y aldeana.
El que también es un extraordinario actor es quien sale del típico político priista corrupto (que bien podría ser morenista ahora), Miguel Rodarte. Como secretario de Estado, interpreta el papel del padre de Teresa, Karol Sevilla, quien no suelta el teléfono celular ni para anunciar que está esperando un bebé del conde. La secretaria del político, Frida Becker (Esmeralda Pimentel), es guapísima y es la más intrigante de todos los personajes. La actuación de Alberto Estrella, que hace de Presidente, es de verdad maravillosa.
Por último me dijo el director: “Es una película en la que todos mienten, no sabes a quién creerle y la verdad es que no está muy lejos de la realidad actual”.
De verdad, hacía mucho tiempo no veía una película tan divertida, bien hecha y que me hizo recordar ese México en el que un segmento de la sociedad tramposa y vacía creía vivir “Casi el paraíso”.
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