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| En el atrio del Ex Teresa, con merecido protagonismo, estas esculturas inflables se muestran por primera vez en México

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Escarba César Martínez en huesos de su dilatada carrera; expone en el Ex Teresa Arte Actual

  Por Agencia Reforma

Publicado el miércoles, 11 de septiembre del 2024 a las 03:58


Ahonda el artista visual en las diversas disciplinas como música, escultura e instalación

Ciudad de México.- Ocho espejos de acero, de 2 milímetros de espesor, contemplan al artista César Martínez desde una de las paredes del Ex Teresa Arte Actual, como uno de los testimonios más lejanos de una carrera de cuatro décadas. 

Son sus Exposiciones: bajorrelieves de corazones, cráneos y figuras varias que se grabaron en esas placas a fuerza de sonoras y contundentes explosiones de dinamita. 

Ya pasaron 33 años y apenas se van a exhibir. Esto para mí es muy conmovedor”, confiesa, en un recorrido por la exposición retrospectiva que lo ha llevado a tomar por completo el extemplo y Convento de Santa Teresa la Antigua, en Lic. Verdad 8, Centro Histórico. 

Con títulos como Corazón Explosivo (1989),Viva la Muerte! (1993) y El espesor del presente (1993), el joven creador de ese momento buscaba abrirse camino en el mundo del arte a estallidos. “La finalidad era crear con lo que destruye”, repite ahora la frase que acuñó desde entonces. “Utilizar, entre otras cosas, nuevos medios inéditos de intervención para la creación de una reflexión en torno a lo que es el armamento bélico”, abunda. 

Se trata de una serie que, salvo por  una fugaz ocasión en Chiapas, jamás había podido ser mostrada en un museo institucional, y que ejemplifica perfectamente el nombre de la exposición: La idea y la odisea. Durante toda su carrera, Martínez (1962) ha sido un autodenominado artista “indisciplinario” que ha migrado incesantemente de formatos y materiales, desde la escultura láser en mármol hasta el performance gastronómico, para transmitir reflexiones sólidamente sustentadas por un andamiaje teórico. 

Es una revisión en la que, en este momento, me viene bien mostrar que hago una esquizofrénica plasticidad consciente; hay una esquizofrenia plástica consciente”, define. 

La idea de las Explosiciones, por ejemplo, lo llevó a la odisea de conseguir un permiso para utilizar dinamita que, al final, le fue negado por el Ejército Mexicano, motivo por el cual tuvo que realizar las obras en New Hampshire, Estados Unidos, bajo la asesoría de la artista italiana Silvana Cenci, conocida como “Dinamita Lady”. 

Estas gestas homéricas son habituales para quien, como se verá en la exposición, ha realizado esculturas de cera que se derriten ante el público, o se inflan ante su presencia; ha conjurado deidades mexicas para ser devoradas en vivo; ha creado collages de trajineras que surcan ríos europeos, o se ha inventado billetes fantasmas que cambian ante la vista de sus portadores. “Ha sido una odisea llegar a este día, ha sido muy difícil. Lograr las esculturas inflables fue toda una odisea, por ejemplo, y la cosa es que tú puedes tener una idea, pero, ahora, øcómo la llevas a cabo?”, pondera. 

En el atrio del Ex Teresa, con merecido protagonismo, estas esculturas inflables se muestran por primera vez en México, como una nueva iteración de una serie llamada El imperdurablemente presente, creada a inicios de siglo. 

En ese entonces, Martínez ideó unas esculturas de látex completamente negro que, a través de un sensor de movimiento, eran infladas al momento en que un espectador se colocaba frente a ellas. 

Las representaciones de un bebé, de una pareja besándose, o de adultos en posiciones dolientes, pasaban de estar completamente inertes a erguirse, como símbolos de la crucial respiración humana, pero también del cansancio y el desgaste que producen fenómenos como la contaminación o las crisis sociales.

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