“Es hora de pasar la página de la división. Es hora de unir a nuestro país, trazar un nuevo camino”, dijo Harris y reconoció sentirse “honrada” por el reciente apoyo de dos conservadores prominentes, el ex vicepresidente Dick Cheney y su hija Liz Cheney, ex miembro de la Cámara de Representantes.

A la pregunta de si estaba lista para enfrentar a Trump en el debate, Harris dijo simplemente: “Sí, lo estoy”.

La Vicepresidenta aterrizó en la carrera presidencial luego de que el Presidente Joe Biden se retirara abruptamente el 21 de julio, en medio de temores sobre su salud y agudeza mental.

Pese al impulso inicial que este cambio les dio a los demócratas, Harris ha tenido que pisar el acelerador para presentar a los votantes su perfil y sus ideas.

La demócrata ha recibido críticas por la falta de detalles en su programa, por lo que el debate del martes le dará una oportunidad clave para plantear claramente sus políticas y afilar sus líneas de ataque contra Trump.

Pensilvania, donde Harris se atrinchera antes del debate, está dividida por un margen estrecho entre votantes republicanos y demócratas, y puede ser la pieza decisiva en el rompecabezas que debe armarse estado por estado para definir las elecciones presidenciales de Estados Unidos.

El debate del martes será el primer encuentro entre Harris y Trump. El republicano habría podido conocerla durante la toma de posesión de Biden, pero se negó a asistir luego de la falsa afirmación de que le robaron las elecciones de 2020.