ESTIMADOS LECTORES Y LECTORAS: El tema de hoy de las 5 heridas emocionales es la segunda:

LA HERIDA DEL RECHAZO DE LA INFANCIA:

Puede ser una herida muy dolorosa, una experiencia muy difícil, ya que, al sentirnos rechazados por nuestros padres, hermanos, o por quienes nos cuidaron en los primeros seis años, la herida va creciendo. Un ejemplo: una jovencita que quedó embarazada a los 15 años, el impacto a esa edad es estresante porque no tiene la madurez para ser mamá, ¿qué le van a decir los papás? ¿en la escuela, los amigos y amigas? Si el novio es el papá, seguro, si es igual de joven saldrá corriendo como la mayoría en esta situación, ya desde aquí, desde el vientre materno ya hay rechazo, por sus progenitores jóvenes. También puede ser una adulta y le pase lo mismo, entre en crisis porque no se lo esperaba, no se cuidó, y tiene compromisos que le impiden ser mamá, tienen muchos hijos, o no quiere al papá, o la economía es escasa. Los ejemplos sobran. Que quede claro que aquí no se está juzgando absolutamente a nadie, son ejemplos.

Otro ejemplo sería que en sus primeros años, papá y mamá están trabajando todo el día y al llegar a casa rechazan a su hijo porque están cansados, cuando les pide atención. Aparte del abandono todo el día por estar trabajando, no lo besan, no lo abrazan, lo siguen dejando solo. Le dicen que se vaya a su cuarto, o como está muy pequeño, no comprende, necesita sentirse amado, aceptado, protegido y acogido por la familia, es vital para el desarrollo de la personalidad; cuando pasa esto, se van retrayendo.

Un niño tan pequeño no está teniendo las necesidades básicas satisfechas, es un niño inseguro, vulnerable y que puede ser abusado de forma sexual, recibir bullying en la escuela, por los amiguitos, porque con tal de no sentir el rechazo como en su casa, el niño o niña accede a realizar lo que le pidan, lo amenazan, lo pueden abusar. Y este pequeño(a) calla por miedo y por no ser rechazado nuevamente. No sabe cómo defenderse, porque no le enseñaron en la casa en sus primeros años, si ahí mismo fue donde lo vulneraron. Al sentir la necesidad de querer sentir amor, cariño, atención, puede dejarse, por estar buscando una necesidad normal de sentirse aceptado. Si esto pasa es la herida del rechazo, obvio el niño o niña no sabía que tiene esta herida, sólo se siente rechazado(a), pensará más grande que no es querido, apreciado, valorado, se aparta de quienes él o ella ama, por actitudes u omisiones alejadas de quienes deberían amarlo(a) o cuidado y atenderlo. Recuerden que los padres no lo hacen con dolo, es decir, queriéndolo hacer, no se dan cuenta en la mayoría de las veces, y al no hacerlo, sino al contrario, hay violencia incluso, se va haciendo más profunda la herida. Por ejemplo, esto se da más entre el mismo sexo, mamá con una hija, una mamá que ya es grande, que está cansada por tantos hijos, por tanto trabajo, se encuentra enojada, y si eres diferente, te regaña siempre, no sabe cómo tratarte seguramente. Tal vez la niña o niño con tal de que le hiciera caso, hacía travesuras con tal de que la mamá volteara a ver, aunque fuera para regañar o pegarle.

Para protegerse ya de más grande, huye, se va, está muy lastimada(o), los que deberían amarla lo rechazan, y se protege, se pone una coraza, una máscara, se aparta para no sufrir tanto, esta máscara es la huida. “Me voy para no ser rechazado”, quiere huir, se la pasa en el trabajo, bebe o se hace de alguna adicción, para estar ausentes y no sentir el dolor de su realidad, esto es muy grave, pero no son conscientes, solo quieren desconectarse.

Prefiere estar solo, conforme la edad avanza, sus necesidades no son importantes, pues si en casa así fue, pues fuera más, es su pensar, piensa que no es digno o digna, se aísla, se siente mejor solo o sola. Tal vez son los que se quedan callados, se aburren y se van mejor de las reuniones. Caen en una espiral que se va hundiendo.

Llegará el día que ella misma o él mismo se rechaza, esto no es consciente, no lo sabe, la autoestima es muy baja, los hombros son hacia adelante, como agachados, y ve rechazo por todas partes, siente que todos hablan a sus espaldas, que se burlan, aunque no sea así.

Al amar se acerca y se aleja, es una lucha tan dolorosa la expectativa de amar de su pareja, en su interior piensa: “me va a rechazar también y volveré a quedar solo(a)”, es una autoprofecía y son frágiles y superficiales las relaciones amorosas, por el miedo. La ambivalencia al escuchar “te amo”, no se la cree, cree no merecerla y se autosabotea. Cuando nadie la elige como pareja, se siente rechazada por los demás y sale corriendo, se aísla, para evitar un amor de verdad.

Aun casada(o) puede alejarse de su pareja, y si tiene hijos, es lo mismo, será tal vez igual, sin saber qué hacer, como sus padres, el que tiene esta herida vive a la defensiva y rechaza a los demás, puede ser ofensiva con ella misma o con él mismo y con los demás.

Y mejor te rechazo primero, antes que tú me rechaces.

PARA SANAR: todos podemos tener algo de esta herida, menos o más, y reconocerlo es más doloroso, piensan que si lo reconocen se verán vulnerables, saber que los padres lo hicieron lo mejor que pudieron y que sin dolo lo hicieron, al aceptarlo puede ayudarte, ir a terapia y abrir esa herida y sacar todo lo que está infectado. Con un profesional de la salud, busca un terapeuta, aquí estoy yo que con gusto te ayudaré en tu proceso de sanación. Al saber que existen estas heridas, estarás más consciente para no hacerlo con tus hijos, si es a tiempo esta aceptación, y en terapia al sanar, sabes que la valoración y el amor y aceptación solo viene de ti, que el hacerte responsable ahora de adulta(o) y sobre todo que es una cascada, tus abuelos seguro les hicieron heridas a tus papás, hicieron lo mejor con lo que sabían y tenían, no hay culpas, sólo responsabilidad, la ignorancia es terrible, hay que estudiar de cómo ser papás antes de serlo. Nos queda asumir ahora nuestra responsabilidad de sanar sin culpar a nadie. Hasta la próxima. Diosito por delante.