Mientras una Legislatura federal terminó el 31 de agosto dictaminando ipso facto asuntos de manera urgente para darles continuidad inmediata luego del cambio de estafeta el 1 de septiembre, como parte de un plan organizado para demoler instituciones democráticas hasta el último día del sexenio, en Coahuila, en cambio, el Congreso del Estado no tiene nada qué decir desde hace dos meses. Me explico.

Pese a la autonomía estatal, su papel de jugador secundario en el concierto nacional, condicionado a los cambios que se hagan eventualmente en el Congreso de la Unión sin su intervención, ha paralizado su actuación en el segundo periodo de la diputación permanente del primer año de la Legislatura. Es decir, en las siete sesiones celebradas entre los diputados que se quedan de guardia julio y agosto (ese receso veraniego al estilo europeo) para resolver asuntos pendientes y recibir dictámenes a trámite, como oficialía de partes, pero no legislar.

Es entonces cuando se les conoce y más creativos se ponen en sus proposiciones individuales y de grupo.

En ese periodo que comprende del 2 de julio al 27 de agosto fue notorio, por ejemplo, un punto de acuerdo para llamar a la Profeco a fin de que esta verifique que las empresas Samsung y Apple incluyan cargadores y audífonos de celulares en el paquete de sus smartphones, y no los vendan por separado por el gasto extra que significa.

Faltaría saber si dicho documento fue dirigido también a Cupertino, California, y a Seúl, Corea del Sur, sedes tecnológicas a donde debió enviarse buscando un efecto real, y no a la tribuna de sol que adquiere sus productos en la Plaza de la Tecnología de Monclova.

El caso es que cualquier cosa sirve para evadir el territorio coahuilense con generalidades y obviedades.

Mientras el país arde, los legisladores locales lo mismo se dirigieron a la Semarnat para que publique y modifique lo necesario a fin de cumplir con el Acuerdo de París, y al Consejo Nacional de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, a fin de que les remita un informe sobre cumplimiento de objetivos.

En ese mismo tenor geopolítico, exhortaron al Presidente de la República a que rectifique su política de confrontación con los Estados Unidos y Canadá, y en asuntos internos a que atienda sus compromisos pendientes con los niños y adolescentes mexicanos, cualesquiera que sean estos; además le pidieron que quite de sus conferencias presidenciales el espacio denominado “Quién es quien en las mentiras”.

Entre otros tiros al aire y palos de ciego dados destacan peticiones al INE para que implemente acciones para el retiro y reciclaje de la basura electoral, a la Condusef para que mejore la educación financiera en México, a la Profeco para que haga encuestas de satisfacción sobre colegios privados de nivel básico, al Instituto Mexicano de la Juventud para que “diseñe e implemente una ruta adecuada que faculte la transición de los jóvenes a una vida adulta independiente”, lo que sea que eso signifique, o a la Secretaría de Gobernación para que decomise las maquinitas tragamonedas de las tienditas de la esquina. No es broma.

Además exigieron explicaciones a la Cámara de Diputados -ajá- sobre la desaparición de órganos autónomos, y qué le hicieron a las propuestas recibidas en los foros para la reforma al Poder Judicial. También le pidieron que legisle sobre inteligencia artificial, y ya entrados en gastos, que reconsidere el paquete de reformas constitucionales presentadas por el Ejecutivo federal. Óilos.

Cortita y al pie

Un bimestre de llamadas a misa, sesiones de fotos, reuniones de grupos parlamentarios, actos protocolarios y solemnes, besamanos, reconocimientos, letras de oro; recesos y burocracia legislativa.

La última y nos vamos

Unos perniciosos y voraces, haciendo marrullerías de todo tipo para imponerse y destruir la democracia; otros, perezosos y afectados de afasia.

Como si no existiesen suficientes temas que abordar en Coahuila.