Coahuila
Por Rosalío González
Publicado el sábado, 31 de agosto del 2024 a las 05:18
Saltillo, Coah.- Hace justamente un año, el 31 de agosto del 2023, Zócalo destapó el caso de corrupción más indignante de la época reciente en Saltillo, protagonizado por María del Refugio Gutiérrez García, conocida como “Cuquita”, quien desde el 2021 y hasta ese momento presidía el Patronato de la Feria Saltillo.
En el trabajo periodístico, que se viralizó dentro y fuera de Coahuila, se exhibió a la presidenta de los Organismos de la Sociedad Civil exigiendo moches a proveedores y ordenando el desvío de dinero en efectivo obtenido de la operación de la Feria durante ese año, planeando la compra de una casa con 2.5 millones de pesos en efectivo, producto del evento de los saltillenses y que no sabía ni dónde esconder.
A un año de los hechos, miembros del Patronato siguen a la espera de los resultados de una denuncia que, según fuentes, continúa abierta.
Josefina Flores, exsecretaria del Patronato, se muestra extrañada porque en la Fiscalía General del Estado no les han informado los avances de la denuncia. Peor aún, considera que el desfalco sigue impune.
Enojo general
Lo que más sorprendió e indignó a la sociedad saltillense fue que la corrupción se llevó a cabo al interior de un organismo dedicado a trabajar y recaudar fondos para apoyar a 46 asociaciones de la beneficencia pública que cada año se quedaban con las manos vacías, pues las ganancias, a juicio de los presidentes de las organismos, cada vez eran menos.
De acuerdo con la investigación exhaustiva realizada por Luis Carlos Plata para Zócalo Saltillo, se detalló que “Cuquita”, según grabaciones de llamadas telefónicas, desviaba el dinero de las causas nobles con la venta de boletos clonados para entrar a la Feria, la comercialización de mesas VIP no registradas en la contabilidad, así como la solicitud de moches a proveedores, en este caso el más simbólico el de los juegos mecánicos. No queda atrás la venta de eventos privados de la operación de la Feria a empresas de la región que llevaban a sus empleados y familias, así como el cobro de cuotas por uso baños que no eran depositadas en las cuentas del Patronato.
A donde sí ingresaba el dinero era a la cuenta personal de María del Refugio, ya que fue sorprendida trasladando los recursos en efectivo a la sucursal Francisco Coss del banco Scotiabank, donde trabajaba su sobrino Tomás Alberto Gutiérrez, quien le ayudó a depositarlo o “blanquearlo”, para después, cuando fueron sorprendidos por la investigación periodística, esconderse y solicitar su cambio.
Ese 31 de agosto fue un día largo. Primero las autoridades se deslindaron de “Cuquita” e inmediatamente se hicieron escuchar las voces de indignación y decepción, era increíble para muchos presidentes de asociaciones que la dama de sociedad que prometió velar por los intereses de discapacitados, mujeres violentadas, adultos mayores en el abandono y la educación de los niños, así como un sinfín de más causas nobles, se enriqueciera a costa de usarlos como un negocio relativamente fácil de saquear.
A la calle
La noche de ese jueves, los OSC convocaron a “Cuquita” para pedirle una explicación, sin embargo, nunca llegó. La sesión sufrió varios conatos de pleito, y finalmente la destituyeron.
Esa noche Jesús Ruiz García tomó el control mediante un Patronato interino, que lo primero que resolvió fue iniciar una auditoría de la administración de María del Refugio para proceder legalmente en su contra en caso de encontrar irregularidades.
La desgracia para el Patronato de la Feria Saltillo apenas comenzaba. En poco tiempo los grupos internos comenzaron la disputa por la presidencia y el control de la caja, todos se miraban con desconfianza.
Los dos grupos más importantes fueron el de Jesús Ruiz y el de Josefina Flores, quienes protagonizaron una batalla sin cuartel para quedarse con la diligencia de la Feria y las cuentas; ninguno tuvo éxito.
El ingreso del grupo de Josefina a las instalaciones de la institución derivó en una denuncia que terminó en la intervención de la Fiscalía General del Estado, que tomó el control de las oficinas y los terrenos de la Feria en abril.
Para ese momento, “Cuquita” ya había reaparecido para decirse inocente sin presentar ninguna prueba, de hecho, fuentes cercanas al caso aseguran que, actualmente, se lleva a cabo una investigación penal en la que se examinan minuciosamente las actividades financieras.
Esta acción se centra en revisar la contabilidad correspondiente al periodo en el que se alega que “Cuquita” hizo fraude, y se analiza detalladamente el registro contable, las transacciones financieras y cualquier otra documentación relevante para identificar irregularidades.
Hasta el momento el caso no se ha cerrado judicialmente, mientras que la Feria Saltillo cambió por completo, debido a que el Gobierno, mediante el DIF, tomó el control.
El pasado 13 de junio, los OSC dieron a conocer que, en una reunión con el secretario de Gobierno, Óscar Pimentel, y representantes del DIF, acordaron entregar las riendas de la Feria, lo que se tradujo en perder el comodato de los terrenos donde se realiza.
A partir de la investigación de Zócalo, la Feria nunca volverá a ser la misma, ahora organizada por el Gobierno, pero donde las ganancias siguen siendo para los organismos de beneficencia, con la garantía de transparencia y rendición de cuentas
Modus operandi
“Cuquita” desviaba el dinero de las causas nobles con la venta de boletos clonados para ingresar a la Feria.
Comercializaba mesas VIP no registradas en la contabilidad del evento.
Pedía “moches” a proveedores, en este caso el más simbólico fue el de los juegos mecánicos.
La venta de eventos privados de la operación de la feria a empresas de la región que llevaban a sus empleados y familiares.
Cobro de cuotas por uso baños que no eran depositadas a las cuentas del patronato.
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