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Coahuila

Cortinas de humo

Por Gerardo Hernández

Hace 7 horas

El escritor y periodista Jaime Torres Mendoza formula en la nueva edición de Espacio 4 una crítica irrefutable y certera sobre el Gobierno federal, las cortinas de humo para ocultar sus fracasos y la actitud de los medios de comunicación frente a la parafernalia en torno a la reforma judicial, mientras hay gente que muere por falta de servicios médicos, sin que nadie pague por ello. “Aunque admiro profundamente el trabajo de mis colegas que, con sus trabajos iluminan para mejor comprender la complejidad de este país, no los entiendo cabalmente. Sé que el ejercicio periodístico exige especialistas en diversos temas, pero noto una tendencia y, en muchos casos no la comparto, que se inclina en favor de la reflexión teórica de la política que se ejerce en México. Una reflexión que se aparta de lo concreto.

“Quizá sea su grado de especialización lo que los obliga a hilar fino en torno a ese quehacer malsano que una pequeña élite ha elegido para hacer de la nación un lienzo desgarrado a base de malas administraciones que la han gobernado a lo largo de su historia. Así hilan fino mis colegas periodistas -y uno que otro intelectual- alrededor, por ejemplo, de la reforma judicial que por estos días ha impuesto desde Palacio Nacional a sus siervos en el Congreso el jefe de jefes.

“He leído piezas periodísticas dignas del mejor marco para lucirlas como preseas deportivas; otras, con menores galas, pero igualmente dignísimas. Sin embargo, ninguna ha despejado las sombras que nublan mi razón para entender los beneficios y los perjuicios de tamaño cambio. De todos modos, los sigo leyendo con la misma admiración de siempre, tratando de comprender ese movimiento tan obsesivamente codiciado por el presidente.

“Como yo no sé hilar fino en esos temas, prefiero el camino llano de lo obvio y lo que es urgente de manera inmediata, porque, además, esa es mi tendencia natural. Y me gustaría que, en un acto de humildad, mis colegas bajaran de la cumbre donde los ha instalado su especialización para bordar la trama de realidades con que se teje la vida cotidiana del pueblo (para estar a la moda con el vocablo).

“Porque mientras ellos hilan fino sobre temas etéreos e inasibles, mi vecino, en un acto totalmente de mundo, dolorosamente concreto, perfectamente tangible, murió en el más completo abandono del sistema de salud mexicano, que no lo pudo asistir en su enfermedad porque nuestro sistema ya no atiende los problemas de cáncer pues dejaron de ser una prioridad.

“Aunque era derechohabiente del sistema de salud mexicano, le fue negada sistemáticamente la consulta especializada y el acceso a las medicinas que requería para su tratamiento. En un gesto solidario, los vecinos logramos reunir una respetable cantidad de dinero, pero no fue suficiente porque el medicamento rebasaba los cuarenta y siete mil pesos.

“Es un crimen y quedó impune. Como impune quedan todos los actos criminales que ocurren en el sistema de salud que, en los sueños estériles del mandatario mexicano, es similar al de Dinamarca: falta de medicinas, carencia de los materiales más elementales para el primer encuentro con el paciente, ausencia de médicos especialistas y una infraestructura hospitalaria en deplorables condiciones. Y nadie es llevado a juicio por ello.

“Por supuesto no es una sorpresa lo que le ocurrió a mi vecino; era lo esperado. El dinero que reunimos para su tratamiento no podía alcanzar porque, aunque fue un acto solidario de buen corazón, eso no sirve. Lo que sirve es que el Estado mexicano a través de sus gobernantes, establezca políticas públicas eficientes que incidan en el bienestar de la ciudadanía. Naturalmente, políticas públicas que sean pasadas por el tamiz de la inteligencia y la razón, no por las vísceras, como ha sido el sello de la actual administración. Tienen que ser objetivas para poder visualizar sus logros separándolas de la grandilocuencia del discurso retórico que prefiere autoengañarse”. (Texto completo en www.espacio4.com).

 

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