Piedras Negras, Coahuila.- El 25 de febrero de 2009 cuando Lizeth cumplió 15 años de edad, su papá Gersaín Cardona Martínez llegó de viaje, ya que se dedicaba al comercio y realizaba viajes por toda la República Mexicana; fue el 18 de marzo cuando su papá volvió a irse y no ha regresado, fue víctima de desaparición.

Lizeth lleva 15 años en la búsqueda de su padre, luego de que desapareció el 21 de marzo de 2009 en Piedras Negras, Coahuila, junto con 11 personas más, con las que recorrían la entidad para vender pintura casa por casa.

“ Cuando se iba de viaje llevaba la maleta, me lo encontré saliendo de la secundaria y me dijo: “Ya me voy, regreso en un mes, era normal que se fuera”, recordó Lizeth, quien participó en la exposición Tejer Memoria, que realizó la Comisión Internacional de la Cruz Roja.

“ Me dijo cuida a tu mamá, después regreso. Fue el último contacto físico que yo tuve con él”, añadió.

Gersaín Cardona Martínez, originario del Estado de México, se dedicaba a la venta por cambaceo, vendía botes de pintura casa por casa y viajaba a todo el país.

Liz recuerda que su papá les informó a su mamá María Demetria (f), a su hermana  Carmen que en ese entonces tenía 12 años y a ella, que el viaje era a Coahuila.

“ Llegaron a Saltillo, luego llegaron a Monclova, porque era un grupo grande, eran 20 personas en tres camionetas, llevaban la mercancía en un torton y atravesaron todo Coahuila”, detalló.

“ Fueron a Saltillo, Monclova, Sabinas y el otro destino era Piedras Negras y luego se iban a ir a Nuevo Laredo, esa era la ruta de comercio de pinturas”, indicó.

Primero desapareció una camioneta con seis personas en Piedras Negras, no se sabe exactamente el lugar, los esperaron un día y una noche, los estuvieron buscando.

Al momento de la desaparición de la primera camioneta y sus compañeros, Gersaín informó a su esposa Demetria y ella le dijo: “Regrésate”.

“ Pero él dijo que no, porque tenía que buscar a esas seis personas”, relató.

En el transcurso de la madrugada del 21 de marzo, Gersaín y otras cinco personas que buscaban en otra camioneta a sus compañeros, deciden quedarse en la gasolinera del entronque. De ahí ya no se supo nada.

“ Creemos que la madrugada de esa noche que se quedaron en el entronque se lo llevaron”, señaló.

“ Son 12 personas desaparecidas, no hay rastro de ellas, ni de las dos camionetas, ni de las pinturas, ni su ropa, algo que nos lleve a una huella de ellos”, apuntó.

La familia se rompió en el momento en que se dio la desaparición, el dolor y la tristeza las invadieron, pero su esposa María Demetria inició la búsqueda por más de siete años con la esperanza de encontrarlo, hasta que falleció en 2016 y sus hijas continuaron la búsqueda.

Liz comparte que mantienen la esperanza de que en algún momento puedan encontrarlo con vida, luego de que su mamá María Demetria falleció sin saber qué pasó y sin poder volver a verlo otra vez.

“ Pesa mucho porque ya queremos saber, desesperación por saber si está vivo o está muerto, su cuerpo, tenemos la esperanza de seguir estos dos tipos de búsqueda”, indicó.

“ La esperanza de que en algún momento podamos encontrarlo con vida, pero también tenemos la idea de que puede estar en alguna fosa o en algún lugar de búsqueda forense”, compartió.

Liz indicó que sólo tenía 15 años al momento de la desaparición de su papá, ahora tiene 30 años, fueron 15 años de búsqueda junto con su mamá y lleva 8 años buscando con su hermana.

“ Al principio no sabíamos qué era desaparición, pensamos que lo habían secuestrado y que iba a regresar, pasaron semanas, meses, fue un impacto muy fuerte”, indicó.

“ Un impacto muy complicado y sobre todo para mi madre, porque mi papá era el que daba el ingreso económico, mi mamá asumió ese papel del ingreso económico, preocuparse por nosotras, como madre y como buscadora”, precisó.

Fue complicado, pero el apoyo de la colectividad, el encontrar a otras familias en la misma situación, fue un apoyo muy fuerte como familias del dolor.

“ No sabíamos que es un fenómeno que viene desde los años 60 y todavía no se nombraba como desaparición forzada, era un secuestro para nosotros”, agregó.

Gersaín, era un hombre trabajador y un papá muy cariñoso, a veces enojón, porque ponía sus reglas, pero relató Liz que su padre las enseñó a ser independientes a su hermana y a ella, el autocuidarse sin saber que iba a faltar.

Al resaltar que todas las personas tienen derecho a ser buscadas, indicó que quiere encontrar a su padre, porque no quiere heredarle la búsqueda a sus hijos cuando los tenga.

Búsqueda en Coahuila

En el caso de Gersaín Cardona, Lizeth precisó que las autoridades no han apoyado mucho, porque no hay un resultado concreto de pistas, sí hay trabajo de escritorio, pero no de búsqueda física.

“ El MP sólo hace trabajo de oficina, mandar oficios, hemos pedido las líneas de investigación y como que no las tienen muy concretas”, dijo.

“ Hemos pedido entrar al Cereso de Piedras Negras, no quieren, no quieren acompañarnos, queremos buscar en vida”, subrayó.