Ciudad de México.- Tras cinco años de no publicar libros, el Museo Franz Mayer ha reanudado su proyecto editorial, uno que conecta con los orígenes del museo, un recinto con una biblioteca con más de 25 mil libros, y su misión enfocada en el diseño. 

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Lo que estamos buscando es que tengamos esta amalgama con nuestro propio acervo, tenemos más de 25 mil registros en la biblioteca, que es un sitio espectacular, donde tenemos el Fondo de libros antiguos y raros del museo y el Fondo del Quijote. En muchas ocasiones se nos olvida que la manera de seguir dando futuro a esa tradición es a través de nuevas publicaciones”, dice en entrevista Giovana Jaspersen, directora del Museo Franz Mayer.

Para reactivar la línea editorial del museo, Jaspersen explica que desde el año pasado se hicieron experimentos con publicaciones de las exposiciones “Tesoros de China. Porcelana y artes decorativas” y “En el sueño de la vigilia, de Alejandra España”. El primero es un catálogo de la exhibición, mientras que el segundo es un libro-objeto en forma de biombo (elemento importante en la obra de Alejandra España).

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La única manera en que un proyecto expositivo deja de ser efímero es con una memoria material de lo que sucedió. Es importante el que podamos honrar a que cada una de las exposiciones pueda tener un dispositivo de memoria que honre también a la curaduría y la forma de haber comprendido a esa serie de objetos”, afirma.

Tras los experimentos, el proyecto editorial del Franz Mayer ha continuado este año con publicaciones que complementan las exposiciones como la de “Rev(b)elada. Vivian Maier, fotógrafa”, que se trata de un catálogo no convencional, sino un kit de postales con fotografías de Vivian Maier, sobres para el envío de éstas y en fichas vienen los textos de sala de la muestra. Para el catálogo de la exposición del arquitecto ganador del Premio Pritzker, “Thom Mayne. Interconexiones amplificadas”, la propuesta es ofrecer un libro asequible y accesible para estudiantes de arquitectura, es decir que tiene un costo de menos de 500 pesos y de un tamaño y peso que hace que quepa dentro de la mochila de un estudiante. La comparación que hace Jaspersen es a partir de los “coffee table books” que se acostumbra a publicar sobre arquitectos ganadores del Premio Pritzker, que son libros de grandes dimensiones y de precios superiores a los mil pesos.

Ya reactivada la línea editorial del museo, se contempla publicar en el próximo año ocho libros. El próximo lanzamiento será el catálogo de la exposición con la que cerrarán el año, se trata de una muestra en colaboración con el Centro Getty en la que se abordará la construcción y deconstrucción simbólica de América: “es un proyecto que tiene que ver con el decolonialismo y cómo a partir de la diversificación de miradas y voces podemos deconstruir la historia de lo que nos contaron de América. Habrá obras de artistas y colectivos contemporáneos que están interviniendo los acervos de ambos museos”, detalla Jaspersen.

Los libros no se limitarán a catálogos de exposiciones, sino que también se visualizan publicaciones sobre investigación del vasto acervo del museo. “Para el año que entra estamos preparando una exposición muy importante, es sobre nuestra colección de lacas con curaduría, piezas e investigación propia del museo. Esta colección es muy interesante porque forma parte de un proyecto de investigación global que está encabezando el Museo Met para la identificación de materiales. Estamos trabajando con el Instituto de Investigaciones Estéticas (de la UNAM) el catálogo de la exposición ´Los secretos del color´, que ahora está en itinerancia en Guadalajara”.

Las publicaciones del recinto estarán divididas por series, que se enfocarán en distintos temas como arquitectura, acervos del museo, libro-objeto y moda. El siguiente paso para completar la reactivación de la línea editorial del Museo es conseguir que el libro sea distribuido en otros puntos de venta, más allá de la tienda del museo, donde ya se pueden adquirir sus publicaciones. “Creemos en el libro como un acto de resistencia hoy. La materialidad del libro y el seguir haciendo libros honra la naturaleza del museo”, concluye.