Ayer terminó para efectos prácticos el mandato de Manuel Bartlett Díaz como director general de la Comisión Federal de Electricidad, al ser anunciada quien será la sucesora en el cargo: Emilia Esther Calleja Alor.

La virtual Presidenta de la República optó por un perfil técnico con experiencia en la empresa productiva del estado y conocimiento del tema, no un político picando pleitos, sacando raja. En consonancia -se presume- con la prometida política enfocada en energías “limpias”, al ser ésta uno de los 100 compromisos de campaña condensados en el Proyecto de Nación 2024-2030; el punto 66 específicamente: “Impulso a transición energética y energías renovables: más plantas fotovoltaicas, eólicas, hidráulicas, geotérmicas, de hidrógeno verde”.

Irónicamente, como si se tratase de un fuego renacentista, al tiempo que se comunicaba la próxima designación, se incendiaba la Central Termoeléctrica Carbón II de CFE, en Nava, Coahuila, epicentro de las adjudicaciones directas en el sexenio que termina el próximo 30 de septiembre.

A Bartlett se le vendió a la opinión pública en su día como un funcionario fundamental, indispensable para sentar las bases de la transformación. Servidor público durante 60 años de sus 88 de edad. Un prohombre. Piedra angular para mantener a los intereses creados y privados a raya. El defensor por excelencia de la soberanía de la Nación. El patriota que protege a los mexicanos contra los muy perversos y rapaces extranjeros. Comandante de los ejércitos de la salvación moral. Sin él al mando no hubiese sido posible; no había otro perfil igual entre 130 millones de mexicanos. Ajá.

A Bartlett se le recuerda en Coahuila por un conflicto verbal con el exgobernador, Miguel Ángel Riquelme, a propósito de un intercambio en Twitter en junio de 2021. Un affaire con el finado Armando Guadiana, exhibido en 2019 al publicar supuesta evidencia de una reunión que no sucedió con el director general de CFE ni en las fechas ni en los términos comunicados. Y por un desaire con un grupo de viudas de Pasta de Conchos, ante quienes burlonamente ironizó sobre la muerte de algunas en el tiempo transcurrido entre la conflagración y el supuesto rescate, en marzo de 2023.

Previamente, sus 25 casas detectadas como patrimonio personal (con un valor aproximado de 800 millones de pesos) en una investigación de Carlos Loret publicada en agosto de 2019, o la reventa de ventiladores al IMSS a sobreprecio usando una empresa de su hijo (descubierta por Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad en mayo de 2020), durante la etapa más álgida del confinamiento sanitario por la pandemia, constituyeron episodios de corrupción que, sin embargo, no mermaron su continuidad.

Tampoco la última revelación: terrenos apropiados por su familia en la zona colindante al Tren Maya, naturalmente con plusvalía millonaria (164 hectáreas adquiridas entre 2011 y 2019 en puntos exclusivos y estratégicos de Cancún, Playa del Carmen y Tulum a costo cero). Un “paraíso secreto”, como tituló Proceso el reportaje a principios de agosto.

Cortita y al pie

En Coahuila, con su porcentaje de participación, los únicos beneficiados por la CFE de Bartlett fueron Los Flores Guerra de Múzquiz. “La Floriza”, como se autonombran en el argot delincuencial que suelen usar para describirse como organización. Diputado local (PT) y Alcaldesa (Morena).

Su gestión se resume en accidentes mortales en las minas de la Región Carbonífera (como los ocurridos en Rancherías (Múzquiz) en 2021 y 2024, o El Pinabete (Sabinas) durante 2022), y dispersión de recursos discrecionalmente durante los procesos electorales de 2021, 2023 y 2024 de manera sistemática, mediante presuntas compras millonarias de carbón como coartada que, de acuerdo con sus propios balances, no necesitaban en ese momento.

En seis años el monopolio del huachicol de piedra cambió de manos, sin modificarse ni un ápice las condiciones extractivas y esclavistas que dañan el medio ambiente y violan los derechos humanos. Quítate tú para ponerme yo, simplemente. A la CFE, como antecedente, se le pueden vender toneladas del mineral sin disponer de ningún lote concesionado ni títulos de explotación vigentes. Más que combatiente de intereses creados, Bartlett fungió como creador de nuevos intereses políticos de grupo.

Las últimas contrataciones del 2024 (que no licitaciones, aunque técnicamente lo sean) encaminaban a un nuevo paradigma en el negocio: con Los Flores reducidos a un jugador más, pero ya no el pastel completo, se vislumbraba un golpe de timón.

La última y nos vamos

Para el resto, por lo demás, fue un sexenio perdido.