París.- La familia del clavadista mexicano se identificaba entre toda la afición porque traían puesta una playera con los momentos más significativos de Osmar en los podios.

“Mi hija sacó las fotos, todas tienen un significado, mi hija las escogió y todas hacen que tenga un significado especial en París”, cuenta su padre Sergio Olvera.

Las imágenes muestran al clavadista cuando ganó el triplete dorado en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, la primera vez que logró una medalla de Oro en cualquier competencia, la vez que ganó su boleto olímpico a Tokio y cuando llegó al equipo de Primera fuerza.

“Estamos muy satisfechos y muy contentos con las dos medallas. Se logró lo que él soñaba y ahora es doble medallista olímpica. Hemos compartido con él cada medalla, hemos puesto escenarios y está muy consciente de lo que se podía lograr”, comparte Sergio, entrenador de futbol americano.

“Hay que disfrutar el momento y trabajar para lo que viene. Hoy que ya lo logró hay que trabajar el doble y desde mañana empezar a trabajar Los Ángeles 2028 para ganarles a los chinos”.

CON LA ABUELA COMENZÓ

Todo empezó en la alberca de la casa de su abuela Alma cuando tiraba su primeros clavados de los hombros de su padre y tío.

Y todo se cerró con un abrazo entre abuela y nieto después del bronce olímpico. No podía ser de otra manera.

Su abuela, hermana, tíos y primas comieron en el restaurante LeGrand Bouillon, en la calle 14 Rue Philippe Rameau, a 10 minutos caminando del Centro Acuático, en Saint Denis, cuando inesperadamente Ósmar bajó de un coche oficial de la organización solo para abrazar a su abuela materna.

“Muchísimo amor, mucha confianza. Le dije que había logrado lo que él quería y que el sacrificio valió la pena y que ahí estaban los resultados de lo que había deseado. Sigue siendo mi nieto así como todos los que tengo”, cuenta Alma en entrevista a CANCHA.

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“Lloré de emoción. Son muchas cosas que hay que descifrar que están pasando”.

Su tío y su primo acariciaban la medalla de bronce como queriendo ver que era real y su abuela recuerda cómo era la niñez de su nieto, ahora doble medallista olímpico.

“Siempre estaba dando lata en la alberca, siempre quería esta adentro del agua. Él y mi otro nieto hacían como si tiraban sincronizados, se inventaban clavados. Fue una niñez feliz la de Ósmar”.

“Su proyecto ahora es llegar a Los Ángeles 2028 y ganar la medalla de Oro”.