En entrevista para MILENIO, Ana Cristina Vera, integrante del movimiento Justa Libertad, explicó que actualmente en el país, estas causales se ven sobrepasadas por el estigma, por la mala interpretación, por la ambigüedad que genera que el aborto a veces sea un delito y a veces sea un derecho, y a la vez el hecho de que el aborto sea un delito genera múltiples formas de estigma para las mujeres que deciden abortar o van por complicaciones obstétricas.
“ Por un lado impulsar la eliminación del delito de aborto, y por otro lado trabajar en la des estigmatización del aborto, en donde efectivamente se puede comprender como un proceso de salud y cada mujer, niña o persona gestante, pueda vivir con la mayor tranquilidad y con el menor estigma posible”, detalló.
Frente a esto, el pasado mes de marzo presentaron un recurso de inconstitucionalidad ante la corte ecuatoriana, buscando de esta manera derogar esta ley que prohíbe el aborto y que tiene 152 de antigüedad, la cual hace que las mujeres tengan que abortar en clandestinidad o ser víctimas de procesos penales tan solo por querer decidir sobre su cuerpo.
Y aunque el recurso ya fue admitido por la Corte hasta el momento no hay fecha para que se lleve a cabo la discusión sobre el tema, por lo cual las activistas hacen el llamado a posicionar el tema también desde las calles para que se comience a hablar abiertamente sobre el tema del aborto sin estigmas, ya que cabe destacar que muchas mujeres que abortan incluso dentro del marco legal o de manera involuntaria son víctimas de criminalización en sus comunidades o en los hospitales.
“ Deberíamos de hablar de todas las mujeres y personas gestantes que estamos en edad fértil, que somos a quién sistemáticamente el delito de aborto nos niega tener opciones sobre nuestra vida reproductiva y nos impone la maternidad en base a una amenaza penal”, señaló Ana Cristina.
De acuerdo con el movimiento, alrededor de 498 mujeres han enfrentado procesos penales por el delito de aborto, el 70 por ciento de ellas denunciadas por los servicios de salud y aunque actualmente ninguna está en la cárcel eso no evita el estigma.
“ El debate tiene que lograr ir más allá de si hay mujeres presas o no, y mostrar toda la implicación de que una persona inocente que lo único que está haciendo es decidir sobre su vida, enfrente un proceso penal en contextos tan altamente discriminatorios y estigmatizantes, como los nuestros”, precisó.
