La trata de personas es un problema de la agenda global y uno de los delitos más indignos que existen. Las personas tratantes engañan a mujeres, hombres, niñas y niños en todos los rincones del mundo y los someten diariamente a la explotación. La forma más conocida de la trata de personas es la explotación sexual, pero existen diversos fines adicionales como el trabajo forzado, la servidumbre doméstica, la mendicidad o la extracción de órganos.

Conocí a Rosi Orozco, exdiputada federal y presidenta de la Asociación Unidos vs Trata en la Facultad de Jurisprudencia de la UAdeC; ella fue presentada por Forbes México en el ranking de las 50 mujeres más poderosas por su activismo y lucha contra la trata de personas en 2014, trabajamos desde la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado de Coahuila en la implementación de los compromisos del Estado, cuando me desempeñé como subprocurador y hace dos años participé en su conmemoración del Día Internacional Contra la Trata en Washington DC, desde la óptica académica. Desde hace 30 años, Rosi se ha dedicado a la promoción y defensa de los derechos humanos, a través de la sociedad organizada para combatir el delito de trata de personas, el desarrollo social y el rescate de víctimas y sus familias en alianza con la instituciones públicas y privadas. Rosi ha publicado tres importantes libros sobre el tema: Del Cielo al Infierno en un Día (2011), Explotación Sexual, Esclavitud como negocio familiar (2016) y Hoja en Blanco, Historias de triunfo de sobrevivientes de la trata de personas (2019). Libros que relatan historias reales de mujeres rescatadas de la nueva esclavitud de nuestra época, el estudio de explotación de mujeres por personas cercanas como forma de subsistencia y el retrato de la realidad de la trata de personas, sus causas, dimensiones, el dolor de las víctimas y el camino a la recuperación.

La trata de personas afecta a todos los países, ya sea como punto de origen, tránsito o destino. Es uno de los negocios ilícitos más lucrativos en Europa donde los grupos criminales obtienen beneficios millonarios abasteciéndose de la población mundial marginada y en desventaja social. Cientos de miles de personas se encuentran atrapadas en una situación de violencia y degradación por motivos de explotación sexual a consecuencia de la trata de personas teniéndose ubicado el “gancho” que se utiliza como modo de operación en la práctica: buscar personas menores en familias desintegradas o en proceso de desintegración, enamoramiento de las víctimas, concepción de hijas e hijos, solicitud de prueba de amor relacionándose sexualmente con una persona conocida por causas económicas y a partir de ese momento y teniendo a las hijas o hijos como garantía tratar a las víctimas.

Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) de manera global, una de cada cinco víctimas son niños, aunque en las regiones y subregiones más pobres como África, conforman la mayoría de las personas traficadas. Las mujeres equivalen a dos tercios de las víctimas de la trata de personas en el mundo.

El 30 de julio es Día Mundial contra la Trata de Personas, ocasión para reflexionar los factores sociales, económicos, políticos y culturales que hacen a las personas vulnerables a la trata, y el corazón azul representa la tristeza de quienes sufren la trata y nos recuerda la insensibilidad de quienes compran y venden seres humanos.