Saltillo, Coah.- Estimado por políticos, respetado por sus colegas, querido por las clases desfavorecidas a las que atendió sin esperar remuneración: a 50 años de su muerte, el legado del doctor Eduardo Dávila Garza permanece intacto en la memoria de la ciudad.

Y como muestra de agradecimiento a su contribución, el Cabildo de Saltillo entregó en Sesión Solemne la Presea Post Mortem, que fue recibida por su hijo José Alejandro Dávila.

“El legado de mi padre fue un hombre de bien, su tesis de vida fue hacer el bien sin mirar a quién, un hombre muy benévolo siempre con las clases más necesitadas, un hombre con una profesión de médico, y que pudo apoyar a través de sanar los dolores y enfermedades de la gente a través de la vocación de servicio que tenía”, expresó.

A nombre de sus siete hermanos, José Alejandro recordó algunas de las enseñanzas que le dejó su padre, quien incluso el día de su descanso, dedicaba tiempo para brindar consultas gratuitas y llevar medicamentos a personas de los ejidos.

“Ese fue el legado que nos dejó a sus hijos, a su familia, a ser gente de bien, siempre promoviendo los valores, la ética, la honestidad y el trabajo”, destacó, “es una alta distinción de que a 50 años de su muerte lo volteen a ver y se acuerden de su legado”.

Doctor, político y filántropo, Dávila Garza sigue estando vigente a través de amigos y familiares que lo recuerdan con cariño y alta estima.

“Es una cosa que realmente yo agradezco, que mucha gente siga recordando sus acciones, su forma de ser, su estilo humano, y él hizo lo que le tocaba hacer en su momento, pero esta es una alta distinción que se acuerden de él”.

Médico cirujano, especializado en gastroenterología, Eduardo Dávila falleció a los 51 años víctima de un derrame cerebral, pero en tan corto tiempo, logró consagrar su vida al servicio de los más desfavorecidos.