Prácticamente todos los políticos dicen tonterías todo el tiempo, sólo que algunas quedan registradas y otras no. Y aunque pueda quedar constancia de la mayoría, nuevos aludes de tonterías suelen sepultar y condenar al olvido las anteriores en una secuencia interminable. Ad infinitum. Para muestra, las 103 mentiras proferidas en promedio por Obrador durante cada conferencia matutina luego de casi seis años, contabilizadas por Spin Taller de Comunicación Política, sin consecuencias legales.

En el ámbito local también hace aire. Y para ejemplificar lo anterior, cito un caso de 2021, a escasos días de iniciar el primer periodo ordinario de sesiones en el Congreso del Estado, a propósito del nombramiento que acaba de recibir esta semana Martha Loera Arámbula como coordinadora general de Bibliotecas, Publicaciones y Librerías del Gobierno del Estado.

“Antes de hablar de los Moreira, cualquiera, lávense la boca” (27/01/21), dijo envalentonada la entonces diputada local de la Legislatura 62 en la tribuna del recinto legislativo.

Subrayo una palabra de su reto: “cualquiera”.

Respecto del exabrupto -por llamarle de alguna manera- que ocurrió cuando sólo habían transcurrido cinco sesiones desde que protestó la curul, se publicó en este mismo espacio el 26 de noviembre del 2023 un texto: “Ahí cavó su tumba política (es un decir, pues los políticos de siempre caen parados aún y cuando caigan de la gracia popular o, peor aún, del ánimo del gran elector) y se granjeó el repudio colectivo (es otro decir, pues a la mayoría no le interesan los asuntos públicos)”.

Y así sucedió. El nuevo cargo, en los hechos, significa que al “favorecido” lo guardan en una biblioteca vieja sin presupuesto que nadie visita, becado pero en la intrascendencia política.

Hasta el edificio que ocupó históricamente la Coordinación General de Bibliotecas, Publicaciones y Librerías, ubicado entre la Presidencia Municipal de Saltillo y el Palacio de Justicia, les fue retirado para colocar ahí otro elefante blanco: el Tribunal de Justicia Administrativa (inútil por sí mismo y como pieza del Sistema Anticorrupción en su conjunto a siete años de su creación).

O la participación de la dependencia en la Feria “Internacional” del Libro de Arteaga -que alguna vez tuvo impacto regional- también quedó reducida a su mínima expresión con el paso del tiempo.

Martha ocupa posiciones políticas, como tantos otros cachorros de la Revolución, por el parentesco y descendencia con un prócer; en este caso Eliseo Loera Salazar, educador y sindicalista del SNTE en los años 70 del siglo pasado.

Fue la única integrante del Grupo Parlamentario del PRI en la Región Sureste que no fue seleccionada para la reelección, a diferencia de María Bárbara Cepeda, Álvaro Moreira, Luz Elena Morales, Edna Dávalos y seis representantes más de otras regiones y distritos.

Las designaciones obedecen, en este y cualquier otro caso, fundamentalmente a tres posibles razones: al pago de favores individual, a los compromisos de grupo, o simplemente a la inercia de administraciones anteriores. Si bien algunos pasan desapercibidos. La mayoría, más bien.

Si la “Nueva Escuela Mexicana” (estrategia no, adoctrinamiento con base en libros de texto sí) del Gobierno federal es criticable, que no lo sea esto.

Sin embargo también es cierto que dicha función pública representa ser el coordinador de la estrategia de lectura en el estado. Y ello no es cosa menor. En el Plan Estatal de Desarrollo 2023-2029 de Coahuila se detalla existen en la entidad 127 bibliotecas e infotecas que cuentan con acervos bibliográficos físicos y digitales, “y en el último año atendieron a más de 249 mil usuarios presenciales y a 711 mil virtuales”.

Cortita y al pie

Una cosa es la lealtad, valor poco habitual y por lo mismo plausible, y otra muy distinta la enajenación. Curiosamente ayer, en el preciso momento de redactar estas líneas, un diputado federal del PT, Benjamín Robles, no en la Tribuna pero sí desde su curul, invitó -en este caso invitación acotada a los panistas, no a “cualquiera”- a lavarse la boca cuando hablen de Obrador y Sheinbaum (en ese orden).

La última y nos vamos

Por lo demás existe una incongruencia en los últimos movimientos locales: podar las ramas de Carlos Moreira en el árbol de la Secretaría de Educación, pero sembrar a la más ferviente defensora de los hermanos en el organigrama.

Y acaso la mayor ironía: administrar Bibliotecas, Publicaciones y Librerías, sin haber leído siquiera un libro.

X: @luiscarlosplata