Internacional
Por Samuel Rodriguez
Publicado el lunes, 15 de julio del 2024 a las 12:58
España.- A España no sólo la ha encaminado hacia su cuarta Eurocopa el desparpajo de los chavales, también fueron ellos los que dirigieron los festejos. En el césped hubo lágrimas, abrazos, manteos a Luis de la Fuente y fotos, muchas fotos, pero pareció una celebración contenida hasta que estalló en el vestuario. Música y baile bajo la batuta de, cómo no, Nico Williams y sobre todo Lamine Yamal. Fue el DJ, contagió a Álvaro Morata en calzoncillos e hizo bailar no sólo a su hermano Williams, MVP de la final, sino a los lesionados Rodri, Pedri, Ferran Torres, Gavi y Jesús Navas, que movió su dolorida cadera. Tampoco se quedaba atrás Fermín, otro del clan salvaje.
A sus 17 años, Lamine tuvo un momento de tranquilidad sobre el césped, jugando con su hermano pequeño, pero luego dio rienda suelta, primero con un sombrero y después con gafas de sol camino del autobús. “Es increíble poder estar aquí. ¿A Cibeles? No, a Madrid”. Antes, una foto con la copa y dos checks: “La ESO. Campeón de Europa“. La fiesta acababa de comenzar y continuará en Madrid, donde la selección aterrizó en Barajas antes de ser recibido por los Reyes en Zarzuela y el presidente del Gobierno en Moncloa.
La fiesta en la zona mixta la puso Morata, capitán y DJ de la selección por un ratito. Con un altavoz gigante y la bandera de España en la mano, el grupo caminó desfiló al ritmo de una versión tecno del Viva España de Manolo Escobar. “Esto es tremendo”, admitía Robin Le Normand. “Algo único”, reconocía Navas. “Dentro de nueve meses va a haber un boom de natalidad”, vacilaba Cucurella. El lateral, uno de los hombres de esta Eurocopa que aún ayer escuchó pitos, tendrá que pensar si se tiñe la melena de rojo, como prometió. Antes había pagado otro peaje: en la cena de los campeones, ya en el hotel con las familias, Morata le hizo subirse a la mesa, agarrar el micrófono y cantar la canción que le dedican en Inglaterra. “Cucurella se come una paella, se bebe una Estrella. Tiembla Haaland, que viene Cucurella”, interpretó entre el júbilo general.
También tuvo tiempo el lateral del Chelsea para enviar un recadito a Gary Neville en sus redes sociales. El comentarista de Sky Sport había dudado de él. “Pienso que Cucurella es una de las razones por las que España no puede llegar a la final”, dijo. “Llegamos a la final. Gracias por tu apoyo”, contestó con sorna el catalán.
Era el momento de las risas, aunque a Mikel Oyarzabal, autor de un gol para la historia, le costó desatarse. “Lo primero que pensé al marcar fue en si había sido fuera de juego, porque era muy justo. Luego ya sólo escuchaba gritos”, bromeaba. Alguno eran de Álex Remiro, el único que no disputó un solo minuto en el torneo, pero que predijo el gol de su compañero. “En la merienda me dijo que hoy marcaba”, confesó el vasco. No fue el único. “Le dije ‘cómo te huele el pie a gol, niño’, y he acertado. Igual me tengo que dedicar a eso”, bromeaba Morata.
No salió el capitán con un balón bajo el brazo, pero sí Ferran, Pedri y Fabián. “Nos los vamos a llevar todos”, decía el bético entre los gritos de Viva España del azulgrana, enfundado en la bandera canaria. A todos les costó anoche hacerse fotos en el césped con sus amigos y familiares. La seguridad del Olímpico impedía que bajaran al césped y Laporte o Dani Olmo tuvieron que acercarse a negociar.
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