Ciudad de México.- A dos años de la última vez que subió al ring, Andy Ruiz regresa con una misión clara: recuperar la calidad de campeón mundial que perdió en su primera defensa en 2019. El primer campeón con sangre mexicana de peso completo está en la recta final de su campo de entrenamiento para el 3 de agosto en Los Ángeles, cuando frente al estadounidense Jarrell Miller, dentro del cartel que encabeza el duelo de Terence Crawford contra Israil Madrimov.

“ Hay muchas cosas que han pasado en mi vida y uno a veces tiene que ir hasta el fondo para ver las cosas reales que son importantes y por todo lo que me ha pasado. Ahora ando más motivado que nunca, tengo hambre de ser campeón del mundo otra vez, enseñar a mi público, a mi familia e hijos que aquí estoy”, dijo en entrevista con El Heraldo de México, el peleador que mantiene récord de 35-2 con 22 nocauts.

Destroyer asegura que aprendió de sus errores y ahora pide diario a Dios para que lo ayude a hacer lo correcto, pues siente que aún tiene mucho que dar arriba del ring y ni Jarrell Miller podrá detenerlo: “Yo me siento como de 30 años, Baby Miller es alguien que si está fuerte, está grande, y sabe pelear también, y yo nada más estoy preparado y enfocado en ganar esta pelea. Somos amigos afuera del ring, pero adentro tenemos que prender el interruptor y a ganar la pelea porque hacemos esto para la familia, para cuidarlos”, abundó.

Andy pretende regresar a la senda del triunfo y después apunta a otra contienda en diciembre que le permita entrar en ritmo para perseguir el título mundial. Sin embargo, reconoce que el momento que vive en su carrera lo hace un peleador afortunado porque no todos tienen una segunda oportunidad en el deporte.

“ Dios me dio una misión para ser campeón del mundo, Él me está ayudando a llegar arriba, donde estaba. Pero para poder darme cuenta, tenía que ser, me tenía que pasar lo que pasó”, dijo respecto a sus problemas de salud mental y con la justicia.

Información por El Heraldo de México