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Hace 4 meses
LA REELECCIÓN de Alejandro “Alito” Moreno como presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), ha generado un torbellino de reacciones dentro de la militancia. MUCHOS PRIÍSTAS consideran que esta decisión sería el epitafio y sepultura de un partido que, en sus días de gloria, dominó la política mexicana.
DESDE QUE asumió el liderazgo del PRI en 2019, ‘Alito’ Moreno ha enfrentado una serie de desafíos monumentales. Bajo su mandato, el partido no ha logrado detener su caída libre en términos electorales y de prestigio. LAS ELECCIONES de 2021, 2022 y 2024 evidenciaron una clara tendencia a la baja con el PRI, perdiendo terreno en todos los estados a diferencia de Coahuila. Y que en el triunfo no tuvo que ver nada ‘Alito’.
ESTA SITUACIÓN ha llevado a muchos a cuestionar la capacidad de Moreno para revitalizar una institución que parece atrapada en un ciclo de derrotas. LOS CRÍTICOS señalan que, más allá de los resultados electorales, el liderazgo de ‘Alito’ ha sido incapaz de recuperar la confianza del electorado. Las acusaciones de corrupción y las disputas internas han minado la credibilidad del partido, alejando a votantes que alguna vez confiaron en el PRI como una opción viable.
EL DESCONTENTO no se limita a las bases del partido. Figuras destacadas del priísmo, como Enrique Martínez, Manlio Fabio Beltrones, Beatriz Paredes, Adriana Salinas, han expresado su preocupación por el rumbo que ha tomado el partido bajo la dirección de Moreno. LA FALTA de una estrategia clara y efectiva para enfrentar a un Morena en ascenso, ha dejado al PRI sin una narrativa convincente y sin una visión de futuro que inspire a sus militantes y simpatizantes.
REELEGIR A ‘ALITO’ Moreno podría ser visto como una señal de continuidad en un camino que ha llevado al PRI a su momento más oscuro. Sería, según muchos, el equivalente a firmar su epitafio y cavar su sepultura. SI EL PRI desea evitar su desaparición, debe apostar por un cambio profundo y significativo. Sólo así podrá aspirar a recuperar el lugar que alguna vez ocupó en el corazón y la mente de los mexicanos. De lo contrario, la historia recordará estos años como el periodo en el que el PRI escribió su propio epitafio y se enterró en el olvido político.
TRANSICIÓN MUNICIPAL: DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES
LA TRANSICIÓN en las administraciones municipales representa un momento crucial para la estabilidad y continuidad de las políticas públicas. CON LA ENTREGA-recepción de los alcaldes, es vital garantizar que no se dejen pendientes y que se cubran posibles fallas económicas.
ESTE PROCESO debe ser transparente y responsable, para asegurar la confianza de los ciudadanos en sus gobernantes. Uno de los aspectos más delicados de esta transición es la situación de los empleados de confianza, en Monclova hay al menos 500.
MUCHOS DE ELLOS obtuvieron sus puestos gracias a favores políticos y ahora enfrentan la incertidumbre de si podrán mantenerse en la nómina municipal. ES COMPRENSIBLE que busquen estrategias para conservar sus empleos, pero es fundamental que este proceso se maneje con ética y justicia.
LOS NUEVOS alcaldes tienen la responsabilidad de evaluar el desempeño de estos empleados y decidir si su permanencia es beneficiosa para la administración y para los ciudadanos. NO SE TRATA sólo de recortar puestos por razones políticas, sino de garantizar que el personal que se quede sea el más capacitado y comprometido con el servicio público.
ADEMÁS, ES IMPERATIVO que la administración saliente deje claras las cuentas y los proyectos en curso. Los ciudadanos merecen saber en qué se han invertido sus impuestos y cómo se han gestionado los recursos públicos. LA TRANSICIÓN de una administración a otra es también una oportunidad para revisar y mejorar las políticas existentes, y sacar por la ventana las y los probables irregularidades así como aviadores, o quienes no hacen y nunca han hecho nada.
LOS NUEVOS ALCALDES deben llegar con una visión clara y un plan de acción que permita continuar con los proyectos exitosos y corregir aquellos que no han dado los resultados esperados. LA COLABORACIÓN entre la administración saliente y la entrante puede facilitar este proceso y evitar una ruptura abrupta que sólo se da cuando hay malos manejos.
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