Tulum, Yucatán.- Horas después del impacto en tierra del huracán “Beryl”, cientos de habitantes del Municipio de Tulum esperan formados frente al Ayuntamiento por una ración de alimento.

El Ejército mexicano instaló en este punto una cocina comunitaria con capacidad para ofrecer mil porciones de un menú que incluye atún a la mexicana, arroz blanco, frijoles y agua de horchata.

“Avisó la Gobernadora (Mara Lezama) que si uno no puede prender lumbre o algo, viniera por un platillo de comida; por eso vinimos aquí. En casa se mojó toda la leña, no se puede prender nada. Por eso salimos”, compartió a REFORMA Araceli Aguilar, quien vivió el arribo del huracán en casa, junto con los 10 integrantes de su familia.

Los platos empezaron a servirse hacia las 15:00 horas, una hora después de lo anunciado, y la fila ya sumaba más de 300 personas, muchas de las cuales si bien relatan no haber tenido afectación mayor en sus hogares por el paso del fenómeno climatológico, llevan desde la madrugada sin energía eléctrica.

“Se fue la luz como a las 3:30, más o menos; estaba oscurísimo. A mí me daba miedo por la oscuridad, por el ruido de los árboles, cómo se cayeron, cómo se rompieron los cristales”, narró Nancy del Rosario, de 40 años, quien esperaba desde las 10:00 horas y encabezaba la fila.

“No tengo la capacidad económica yo ahorita”, continuó la mujer, cargando bajo el brazo un recipiente de plástico en el que esperaba llevar aquello que los militares fueran a servir. “A ver si nos pueden ayudar también con unas láminas o una despensa, a ver quién nos puede echar la mano para que vayamos saliendo en esta situación”.

Previo a la llegada de “Beryl”, que pegó en las costas de Quintana Roo ya degradado a huracán categoría 2 hacia las 5:05 horas, fuertes lluvias y vientos mantenían en vilo a varios de los habitantes; más para el mediodía, una vez restablecida la actividad económica de la región, muchos ya transitaban por las calles con relativa normalidad.

Lo único que hacía evidente el reciente paso de un huracán son las numerosas ramas caídas y los encharcamientos, además de la falta de luz, que ha ocasionado molestias.

“Yo no voy a venir con mis tres niños a que me regalen un plato de comida. No voy a hacer cinco horas (formada), vea las colas. Y este señor está en su casa dormido, el Presidente Municipal (Diego Castañón Trejo), está encerrado con tablas. ¿Cómo es posible que él sí esté con luz, con agua, y con todo, y no mande poner la luz?”, reclamó Lilia Mora, con enfado.

“¿Nos van a dar comida?, qué bonito. Haz una cola de cinco horas para que te den una porquería de comida. La verdad es humillante, porque toda la gente que usted ve es pobre. Seguimos los pobres humillados; los ricos tienen sus bombas, sus cisternas. Pero, otra vez, afectados los pobres”.

Por las calles de Tulum y desde la carretera que la conecta con otros municipios como Playa del Carmen y Cancún, distintas cuadrillas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se han visto atendiendo las afectaciones al servicio de energía eléctrica, que de acuerdo con las autoridades, ya había sido reestablecido en Quintana Roo al 70 por ciento pasadas las 15:00 horas.

La movilización de CFE, junto con elementos de la Guardia Nacional y del Ejército, no ha bastado para que quienes habitan o se encuentran de visita en un sitio como Tulum no resulten perjudicados.

“Nos íbamos a quedar aquí, pero nos vamos porque no hay luz, no hay nada. Todos los hoteles sin luz, sin agua, sin Internet, sin nada”, reprochó Christina, turista española que aunque apenas había llegado a dicho Municipio quintanarroense este jueves, ya esperaba en la terminal ADO para retirarse a otro destino.

“Creo que hay muchísimo turista, y nos golpeó muy feo. No hallamos dónde quedarnos, ya hemos gastado más de 3 mil pesos en puro taxi de irnos a un hotel, a otro, a otro”, añadió su acompañante, Octavio, oriundo de Sinaloa.

Quince minutos después de las 16:00 horas, la fila de quienes esperan por su plato de comida se ha reducido bastante frente al Ayuntamiento, pero aún pueden verse a personas solas o familias completas que cargan a bebés en brazos.