Ciudad de México.- En el contexto del Diálogo “Cooperación Bilateral entre México y Japón: el caso del Bajío mexicano”, organizado por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), se destacaron diversos desafíos y preocupaciones que enfrenta el sector empresarial japonés que opera plantas manufactureras en México.

El cónsul general de Japón en León, Katsumi Itagaki, señaló que uno de los principales desafíos tiene que ver con la discusión en el Congreso mexicano sobre la iniciativa para reducir la jornada laboral. Este cambio en la legislación laboral genera incertidumbre entre las empresas japonesas, que necesitan planificar sus operaciones de manera eficiente.

Además, Itagaki expresó su inquietud por la escasez de agua potable debido a la sequía y la necesidad de un suministro energético más robusto. La falta de estos recursos críticos puede afectar la producción y el crecimiento de las empresas. La búsqueda de talento calificado también es un tema prioritario, ya que las compañías japonesas buscan incorporar recursos humanos capacitados para fortalecer sus operaciones.

Entre los retos mencionados por el cónsul, se destaca la necesidad de descarbonizar los procesos industriales, promover una mayor digitalización e innovación en las empresas. Estos aspectos son fundamentales para mantener la competitividad y la sostenibilidad a largo plazo.

A pesar de estos desafíos, Itagaki destacó las ventajas comparativas que ofrece la región del Bajío para las empresas japonesas. Esta zona cuenta con una ubicación estratégica para el transporte de productos tanto a Estados Unidos como dentro de México. Además, los gobiernos estatales ofrecen incentivos a las empresas extranjeras, y la región cuenta con parques industriales, infraestructura carretera y ferroviaria. Para las empresas automotrices, el Bajío es particularmente atractivo debido a la concentración de proveedores de la industria automotriz.

Por su parte, el presidente de la Coparmex, José Medina Mora, subrayó la importancia de la inversión japonesa en México. Durante el primer trimestre de 2024, la inversión japonesa alcanzó los mil 430 millones de dólares, lo que representa no solo capital, sino también tecnología, innovación y un compromiso a largo plazo con el desarrollo económico de México.

Medina Mora destacó que la ubicación geográfica y las ventajas logísticas hacen de México un destino ideal para las empresas japonesas que buscan establecerse más cerca de sus principales mercados. Sin embargo, enfatizó que para que el nearshoring sea exitoso, es necesario contar con infraestructura adecuada y suficiente energía verde. La sostenibilidad debe ser el eje del crecimiento económico, y México tiene el potencial de ser un líder en energía renovable. Es esencial trabajar conjuntamente para convertir esta visión en una realidad.

En resumen, aunque existen desafíos significativos para el sector empresarial japonés en México, también hay oportunidades importantes que pueden ser aprovechadas mediante la colaboración y el desarrollo de infraestructuras sostenibles. La cooperación entre ambos países sigue siendo crucial para fomentar un entorno favorable para la inversión y el crecimiento económico.