Como consumidor, si puede, no recurra a ellas porque andan mal y más vale evitarse un dolor de cabeza o algo más grave, aunque en contraparte son más las malas que las buenas.

Nos referimos a las empresas gaseras de LP, y es que aunque el gobierno federal desapareció muchas delegaciones entre ellas la Procuraduría Federal del Consumidor, quienes antes informaban a la población sobre aquellos negocios que anduvieran mal abusando del consumidor los ponían en regla. Pero aun así sin ellos que ya no pueden hacer esas famosas supervisiones y revisiones aplicados a los gaseros, la gente aun así se percata de que dichas empresas o comercios de gas LP, andan muy mal en cuanto al cumplimiento tanto de instalaciones y cumplimiento de las normativas.

Si antes cuando Profeco, estuvo en su apogeo como institución las empresas gaseras salían más que mal, es decir, pésimamente en cuanto a seguridad y normatividad, resultaba mucho mejor que no se solicitaran sus servicios debido a su alta peligrosidad tanto para quienes laboraban ahí así como para el mismo consumidor; resultando una bomba de tiempo en espera de suceder una desgracia que lamentar y como suele suceder en nuestro país, una vez ahogado el niño a tapar el pozo.

En el caso concreto de Saltillo, en donde existen más de quince plantas de gas, se puede contar con los dedos de una sola mano aquellas que cumplen con los requisitos establecidos para garantizar un buen servicio, además de seguridad para el consumidor.

El resto están más plagadas de irregularidades que un nogal con gusano de la nuez que ya es mucho hablar, yendo esas deficiencias desde deficiente manejo de los cilindros en las estaciones de carga de gas, menos gas que el pagado, incorrecto funcionamiento de sus básculas, etc.

Saltillo no es la excepción en esta problemática en donde el principal perdedor y víctima como siempre resulta ser el usuario o consumidor, quien a final de cuentas es el que paga los platos rotos.

En Torreón, al igual que en Monclova, Piedras Negras, Región Carbonífera, Ciudad Acuña y demás municipios de Coahuila, predominan las plantas irregulares, siendo, insistimos más las malas que las buenas, por lo que no hay mucho para donde irse el consumidor.

En los actuales tiempos en donde obliga a tomar medidas económicas dadas las circunstancias, es cuando comerciantes y productores en general, deben solidarizarse con la crisis económica que se vive, pero unirse en verdad y no de palabra, ni tampoco de manera protagónica y exhibicionista como está ocurriendo con muchos comerciantes de artículos básicos o mayor demanda, por las familias en general.

Las anomalías gaseras van no solo por cuanto hace a que no garantizan las medidas de seguridad que les marcan las normativas obligadas y consabidas en la autorización de funcionamiento, sino en dar kilos de 800 gramos y en muchas de los casos hasta menos o bien, mililitros de 800 o 700m en vez de 1,000.

Ha este tipo de acciones se le llama voracidad y en el pasado, estas conductas o delitos se castigaban con cárcel, mientras que ahora se “apercibe”, “recomienda” o se protege o se da impunidad por parte de las autoridades locales debido a la indiferencia prefiriendo voltear a otra parte y quienes están al frente de esos departamentos solo se la pasan rezando que no pase nada mientras dure su puesto en dicho trabajo. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org