@luiscarlosplata
Ramos Arizpe pasó de 50 mil habitantes en 2005 a 75 mil en 2010, y de ahí hasta 125 mil en 2020, el último censo disponible. No sería extraño que, para el próximo 2025, sean ya 150 mil si consideramos que crece a un ritmo de 25 mil habitantes por lustro, o 5 mil anuales, a una velocidad de 416 nuevas personas al mes, sin parar, durante las últimas dos décadas.
Aumentó 150% su población en 15 años y ya es el sexto municipio con más gente de Coahuila, tras los cinco grandes: Saltillo, Torreón, Monclova, Piedras Negras y Ciudad Acuña respectivamente del uno al cinco.
No es de natalidad sino de migración el fenómeno. “La legión extranjera”, como se autodenominan algunos en la diáspora, es el colectivo más activo y visible dentro del territorio.
A la tradicional sociedad de los tamales y el pan de pulque, predominantemente rural, llegó de fuera una idiosincrasia distinta; de guetos y vivienda multifamiliar en la zona urbana, con los vicios y problemas que genera la interacción, además de procesos naturales como la presión a los servicios públicos, y la demanda de asistencia médica y educativa, principalmente.
El 80% de la población total en Ramos Arizpe, una cifra cercana a los 110 mil y extraordinaria de por sí, son derechohabientes del IMSS y una tercera parte de ellos (alrededor de 35 mil) trabajadores foráneos; en su mayoría de Veracruz, Oaxaca, Chiapas y Guerrero.
El salario base de cotización promedio de los puestos de trabajo afiliados al Instituto, alcanzó en México los 578 pesos en abril de 2024. En Ramos Arizpe, en cambio, se cotiza en 775, muy por encima de la media nacional, lo cual pone a la ciudad como la segunda del país donde mejor se paga, formalmente, sólo por debajo de San Pedro Garza García, Nuevo León y se mantiene desde 2022 esa tendencia en las finanzas.
Eso explica que los desplazamientos por empleo no cesen. Al contrario, las redes de capital social entre los recién llegados y su suelo de origen se expanden, y nuevas plazas laborales se crean debido al nearshoring.
Es entonces Ramos Arizpe víctima de su propio éxito, como dijera Samuel García como explicación a la falta de agua en la zona metropolitana de Monterrey, hace algún tiempo.
Coahuila se beneficia del modelo económico, naturalmente, pues ocupa el segundo lugar nacional en exportaciones (de la industria focalizada en la Región Sureste, primordialmente) el primer trimestre de 2024, con 12% del total nacional, por encima incluso de Nuevo León, quien contribuyó con 10.1%, y sólo por debajo de Chihuahua, quien se ubicó en 13 por ciento.
Por si fuera poco, Ramos Arizpe es la ciudad más competitiva del estado, y la segunda que más aporta al Producto Interno Bruto, misma que representa el motor industrial de la entidad (tanto que se ubicó en el lugar 7 de 32 con mayor aportación al PIB nacional). Como zona metropolitana, gracias a su aporte, Saltillo es una de las más competitivas de México.
Para dimensionar la importancia de Ramos Arizpe en el tablero político: Coahuila desde 1996 mantenía siete distritos electorales federales, y no fue hasta 2023 que se creó un octavo, motivado por el aumento poblacional, con cabecera en el municipio industrial, aunque comprende un cinturón territorial de 205 secciones electorales entre Arteaga, General Cepeda, Parras de la Fuente, Matamoros, Viesca y Torreón. Y ahí es donde se gesta una situación interesante.
Sucedió en Saltillo y se ha publicado en este mismo espacio: Morena triunfó en 440 casillas de mil 83 instaladas en la capital durante la más reciente elección de Ayuntamiento. Lo nunca visto.
De ellas, 300 se ubican en el distrito electoral federal 7, al sur de la ciudad. Y sin que sea concluyente, existe una correlación que no ha sido estudiada con la migración de sureños, asentados en su mayoría en esa zona, la cual se agudizó de 2019 a 2023 (periodo que coincide con los primeros gobiernos estatales de Morena en el sur del país).
Así, quienes migran a Saltillo y Ramos Arizpe huyen de eso. Estén conscientes o no. Llegan a ocupar vacantes en actividades por lo regular terciarias en la vida industrializada del norte.
Por lo demás, ¿qué hicieron los migrantes del sur una vez establecidos, ya como ciudadanos con credencial para votar en territorio saltillense? El análisis de las referidas 440 casillas lo revela: votar por Morena.
Cortita y al pie
Ramos Arizpe fue la segunda ciudad de Coahuila con menor porcentaje de participación ciudadana en la pasada elección de Ayuntamientos: 57.37%, sólo por encima de Ciudad Acuña, quien ocupó el primer lugar en abstencionismo, considerando que ahí votó el 55.06% de la lista nominal.
Ambos municipios, curiosamente, con una gran cantidad de empadronados que cambiaron ahí su domicilio desde el sur del país.
Cosa distinta ocurrió en el Distrito 8. En esa demarcación la participación ciudadana fue de 66.51%, con 170 mil 765 votos emitidos entre un universo de 256 mil 718 posibles.
Ahí la diferencia fue de 15 mil 400 sufragios a favor de la coalición Morena-PT-Verde, en la diputación federal, o 9%, en términos porcentuales. Y aquí viene lo relevante: de 459 casillas instaladas, Morena ganó 316, es decir, 7 de cada 10. El distrito 8 nació “chairo” por excelencia, por influencia de La Laguna y como consecuencia de la migración al Sureste; difícilmente cambiará su preferencia en lo sucesivo, cuando es claro su origen.
La última y nos vamos
La baja participación, además de la división del voto entre la autodenominada 4T, con la coalición Morena-PT y el Partido Verde que postuló por separado candidata a la Presidencia Municipal, provocó la victoria local del PRI-UDC-PRD.
El pasado 2 de junio se instalaron 141 casillas en Ramos Arizpe (sumando las contiguas). En la elección de 2023, por ejemplo, se habían instalado 132. El crecimiento no para.
Y aquí llegamos al quid de la cuestión: cuando los recién integrados a la sociedad ramosarizpense ahora sí hagan valer su mayoría y ejerzan sin influencia del medio sus derechos políticos, concretamente su derecho al voto, el escenario será distinto.
Cuestión de tiempo, por consecuencia, para “desvielar” el motor económico de Coahuila. Ojo.
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