La Casa Blanca anunció un incremento en los aranceles de ciertos productos chinos, como lo son los autos eléctricos, acero, baterías, semiconductores y otras mercancías, con el argumento de defender la industria norteamericana, la cual al competir contra la industria china en esos sectores se encuentra en desventaja.
El Gobierno de Estados Unidos intenta poner un alto a las actividades “desleales” del mercado, en las cuales están practicando las empresas chinas con ayuda de su propio Gobierno, como lo son los subsidios y la transferencia de tecnología, innovación, así como de la propiedad intelectual. Es decir, por un lado, el Gobierno Chino le ayuda a las empresas de su país a reducir costos y por el otro lado le autoriza “piratear” tecnología, con lo cual también sus costos y gastos.
El aumento de los aranceles será muy significativo, pues el defender la industria norteamericana no es asunto menor. Los impuestos que se tendrán que pagar por importar los autos eléctricos desde China aumentarán de 25 al 100% del valor del auto, mientras que el impuesto de los semiconductores aumentará de 25 al 50 por ciento.
Biden acusó al Gobierno de Pekín de hacer “trampa”, por ello aumentó los aranceles y se tiene calculado que este aumento en los impuestos de importación logre recaudar 18 mil millones de dólares, cantidad muy inferior a los 300 mil millones que se impusieron durante el mandato de Trump.
Pareciera que en México tenemos la gran oportunidad de funcionar como trampolín de los productos chinos hacia nuestro vecino del norte, quien poco podrá hacer para evitar que la inversión directa china llegue a la llamada tierra del maíz y desde aquí se produzcan esas mercancías para ser exportadas sin aranceles hacia el aún mercado más grande del mundo, Estados Unidos.
Para que en México, y por supuesto los mexicanos, podamos obtener el mayor beneficio posible de esta guerra comercial, se tienen que desarrollar políticas públicas adecuadas, además de grandes inversiones en infraestructura que permitan, además de realizar el comercio de una manera fácil rápida y ágil, se cuenten con el recurso humano necesario y adecuado para su producción.
Ya que no se trata únicamente de contar con mano de obra “barata”, sino que tiene que ser de calidad, característica que se logra con educación y formación académica, el traslado de las materias primas y del producto terminado debe realizarse sin contratiempos, por lo que se requieren mejores carreteras, más aeropuertos y hasta infraestructura vehicular en las ciudades.
Las autoridades de los tres niveles de Gobierno tendrán mucha tarea que realizar para lograr atraer esas inversiones chinas y sea negocio para los chinos, para los norteamericanos y para los mexicanos.
Es cierto que el Gobierno de nuestro vecino del norte está imponiendo impuestos a las importaciones provenientes del país asiático con el objetivo de proteger a su industria, sin embargo, quienes podemos salir ganando somos los mexicanos.
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