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Coahuila en la coyuntura de 2024

Por Luis Carlos Plata

Hace 1 mes

Entre la transición del poder presidencial, la mayoría calificada obtenida por Morena y aliados en el Congreso de la Unión que les permite reformas constitucionales desde septiembre (o incluso promulgar una nueva Constitución), y el segundo semestre fiscal de 2024, subyace un tema relevante como pocos para Coahuila: su posición en ese tablero nacional a partir de ahora.

No se trata de asuntos electorales o grilla política coyuntural, sino la relación que tenemos actualmente con la Federación y lo que se espera de esta en el futuro cercano, ante la nueva correlación de autoridades.

Pero antes hay que tomar un parámetro objetivo para dimensionar el lugar que ocupa cada uno.

Al respecto el Inegi publicó el 7 de diciembre los resultados del Producto Interno Bruto (PIB) por entidad federativa, correspondiente a 2022. Las actividades económicas de los estados, básicamente.

Ahí Coahuila se ubicó en el lugar 7 de 32 con mayor aportación al PIB nacional. Participó con 1.1 billones de pesos. Del Norte sólo le supera Nuevo León, el industrial por excelencia, aunque figura por encima de Baja California, Sonora, Chihuahua y Tamaulipas. De toda la franja fronteriza, pues.

En contraste, a la hora de recibir presupuesto, Coahuila se colocó en el sitio 18 de 32. No se diga en inversión pública. En 2023, por ejemplo, el gasto se concentró en tres entidades: Campeche, Tabasco y Ciudad de México, absorbiendo el 47.8% entre ellas. Todas gobernadas por Morena, casualmente. Le siguen Chiapas, Veracruz y Quintana Roo, también administradas por Morena. Luego Oaxaca, Estado de México, Puebla, Sinaloa y Guerrero. Adivinó: gestionadas de igual forma por Morena.

Sin embargo el que sigue produciendo pese a las adversidades es Coahuila. No los otros. Lo confirma el Inegi.

El pasado 17 de diciembre se publicó en este mismo espacio que, negando la evidencia matemática, se toma por cierto un dogma de fe: un venerable anciano que, de acuerdo con su criterio, sapiencia y años de experiencia, reparte la mesada entre sus discípulos y castiga o premia en función de su obediencia ciega a la doctrina.

Así, a quienes estigmatiza de antemano como corruptos (existan o no pruebas de sus dichos), a esos no les da, ya que de hacerlo se lo robarían. De tal forma los prejuicios acerca de un representante, y la manipulación, convierten de facto al estado que representa en apestado social.

Y lo peor de todo: se socializa y se tolera esa aberración.

¿De verdad le parece lógico ese discurso tan primario que se pretende inocular, hasta que se acepte como verdad entre la opinión pública? ¿Nuestra incipiente democracia se puede revertir tan fácil en un sexenio con sólo abusar del aparato de propaganda y desinformación?

Con ese pueril ‘argumento’ (por llamarle de alguna manera) se distribuye el Presupuesto de Egresos de la Federación cada año desde 2019. Es demagogia.

Lo mismo sucede con los contrapesos constitucionales en México, en peligro de extinción ya. Todo inicia con ataques verbales del Presidente, los cuales usando su caja de resonancia terminan siendo ataques mediáticos. Luego se deslizan propuestas de desaparición, o por lo menos para limitar su autonomía. Si no funcionan, echan mano de recortes o limitaciones presupuestales. A la captura institucional abona el bloqueo de nombramientos, paralizando así al órgano que se quiera boicotear, o comprimiéndolo a su mínima expresión; el círculo se cierra con la reducción de su estructura y la persecución política. Nadie se salva.

El pacto federal, otrora solidario, ha devenido en aupar el desarrollo de unos en detrimento de otros. El régimen populista-militarista lo ha demostrado una y otra vez: no es crecer parejo ni hacerlo a la vez. Para Coahuila, en este caso, supone ceder su lugar a un tercero para que éste avance. Quedarse quieto mientras tanto, inmóvil, a fin de que dicha energía, la nuestra, sea utilizada por alguien más a su favor.

Ahora bien, ¿y no existe una fórmula que permita el desarrollo en ambos extremos de la cobija, a partir de 2025?

No se trata de rivalizar contra el sur del país, ni de polarizar nuestras visiones como nación, las cuales por idiosincrasia y hasta geografía son diferentes naturalmente, sino de reclamar lo que nos corresponde.

El hoyo financiero creado por la Federación a Coahuila en el sexenio que terminó el 30 de noviembre se estima entre 23 y 28 mil millones de pesos, y a la fecha sigue creciendo.

Cortita y al pie

Entre la oferta política hubo una posición muy clara: la de Claudia Sheinbaum, quien en dos ocasiones, desde Coahuila, mencionó no estar de acuerdo en que reciba más recursos la entidad. Aún así ganó y con 800 mil votos. En su visita más reciente lo dejó claro: para el estado el siguiente sexenio sólo habrá dos cosas: continuidad en el ‘rescate’ (aún sin rescate) de Pasta de Conchos, y Agua Saludable para La Laguna (todavía sin agua).

La dinámica sobada de los abucheos a los gobernadores de oposición en sus territorios pero durante los eventos controlados por Presidencia, y la artimaña de amenazar con incluir a Coahuila en el modelo IMSS-Bienestar, fueron gratis.

La última y nos vamos

En dicho escenario Coahuila es, como su emblema sexenal, la estrella solitaria del horizonte. El 2024 es momento de cambios, ya sean para que todo siga igual, o incluso eventualmente para precipitarse al vacío.

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