Ciudad de México.- Cuando comenzó su carrera en Europa, Javier Camarena recibió una primera invitación de la Royal Opera House para cantar Robert, le diable, de Giacomo Meyerbeer, pero el tenor rechazó la oferta porque no estaba listo.

Transcurrieron 8 años para que la compañía británica lo invitara de nuevo.

Ahora que su carrera cumple dos décadas, el cantante mexicano no sólo ha forjado una sólida relación con la Royal Opera House, sino que participará por primera vez en la gira que la casa alista en Japón, País que le entusiasma conocer, dice en entrevista.

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En ese momento la propuesta que me hizo la Royal Opera House en el título operístico en el que me estaban invitando no se ajustaba a mis posibilidades. Fue una cuestión estratégica y que, a final de cuentas, no mermó para nada la relación con el teatro. Son cosas que se entienden por ambas partes.

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Ahora mismo hay una muy buena relación después de mi debut (con ellos), que fue con El barbero de Sevilla y después las funciones de La hija del regimiento, que di antes de la pandemia: se estableció una muy buena base de relación laboral y es así que recibo esta invitación para acompañarlos en esta gira de presentaciones de la ópera Rigoletto, de Giuseppe Verdi, en los escenarios de Kanagawa, en el Kenmin Hall, y en el NHK Hall, de Tokio.

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Y me siento privilegiado, muy honrado de esta invitación y de esta oportunidad de cumplir un sueño de vida, que es visitar este país”, subraya el tenor, reconocido por la organización International Opera Awards como Cantante Masculino del Año.

En Rigoletto, que cantará el 28 y 30 de junio, Camarena interpretará al Duque de Mantua al lado de la soprano Nadine Sierra, como Gilda, y el barítono Etienne Dupuis en el papel titular, bajo la batuta de Antonio Pappano. Será la última vez que Pappano dirija, pues dejará el cargo de director musical de la compañía a finales de julio.

El tenor mexicano, único cantante en la historia que ha bisado en tres diferentes producciones en el MET de Nueva York: La Cenicienta (2014), Don Pasquale (2016) y La hija del regimiento (2019), manifiesta su satisfacción por los logros alcanzados en dos décadas de carrera, a la vez que mantiene la expectativa por los cambios venideros.

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En este momento la voz está cambiando, se está desarrollando como para plantearme nuevas óperas más dirigidas al repertorio francés”, explica.

En los próximos años, anticipa, prevé encarar a Jules Massenet, con Werther o Manon.