Cuando Echeverria, López Portillo y De Lamadrid, terminaron sus nocivas gestiones, dejaron todos unos desastres, pero, gobierno no tenía tantos gastos, y Pemex tenía valor, se podían contratar créditos con petróleo como garantía,

Al empezar Salinas, como presión del banco mundial, correctamente desaparecieron la mayoría de las paraestatales y banca oficial, al ser resumideros de recursos y cotos de poder de políticos rancios, pero los legisladores de oposición, mayormente egresados del PRi, dispararon un frenético aumento en el gasto público, algo que continuo con Zedillo,

Entrando Fox, los expertos le aconsejaban que redujera fuertemente el gasto público, pero. Elba Esther gordillo, metida en los pinos como asesora de Martha Sahagún, le vendió a la pareja, la idea de que Sahagún tenía con que ser la próxima presidenta, algo que provoco, por un lado, que se aumentara el gasto y siguiera el aumento en contratación de servidores públicos, y por el otro, en parte al fenómeno del peje.

Con Zedillo el presupuesto era de un billón de pesos, a precio actual sería 1.8 billones de pesos, incluido el fobaproa.

El presupuesto del 2024 son 8 billones de pesos, pero, Pemex, desde el inicio del sexenio 4T era un enfermo terminal, en vez de aportar, nos ha costado más de un billón, tratar de “rescatarlo” cuando en realidad, solo fue otro cochupo de coyotaje financiero.

Los financieros mundiales toman en cuenta todo para hacer sus pronósticos, un país que no tiene esperanza con su petrolera, tampoco con su paraestatal eléctrica, que carece de agua para su agricultura, que tiene una pobre captación de impuestos, y parte de lo que recauda, es con un impuesto a los combustibles , algo que directamente incide en inflación, cuya industria es de capital extranjero, por tanto, gobierno no tiene mucho poder de presionar a esas empresas que tienen, desde que llegaron, un pie fuera del país,( en el 2 mil, vimos empresas largarse de México, por desplantes de gobernantes), estando en naves rentadas, con equipos usados ya depreciados, no representa una agonía marcharse.

Tenía más plataforma de negociación, un cristiano en calzones, en el coliseo, con un león enfrente, que el gobierno entrante.