Transformar los modelos educativos para dotarlos de innovación y de congruencia con la realidad social, académica y profesional de la actualidad es fundamental en el campo del derecho.

Es un proceso obligado que no va en detrimento de su propia historia pero que sí le apuesta a la adaptación necesaria y a la respuesta a las nuevas necesidades del momento.

La semana pasada se realizó la primera edición de la competencia regional de litigación oral, convocada por la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Autónoma de Coahuila, a través de su academia de Derecho Penal, que tuvo como antecedente inmediato la competencia estatal sobre el mismo tema en 2023.

En esta última edición se contó con la participación de los equipos de estudiantes de derecho de la Universidad de Monterrey, la Universidad Americana del Noreste, la Universidad Vizcaya de las Américas, la Universidad Autónoma de Nuevo León y la Universidad Autónoma de Coahuila presente con la anfitrionía de la Facultad de Jurisprudencia y con la participación de la Facultad de Administración, Contaduría y Derecho de Piedras Negras.

A esta última institución de la frontera fuerte de México, felicitamos por los resultados y el empeño manifiesto por sus estudiantes participantes, su director Tadeo Vargas y sus asesores Wendolyn Villarreal y Raúl Rodríguez Ríos, al ganar los primeros dos lugares de la competencia.

La práctica de la litigación oral en las Universidades es una destreza de gran utilidad en el estudio del derecho y para el entorno laboral es fundamental para las y los profesionales que se relacionan a diario en el ejercicio de su profesión con este importante tema.

La habilidad de oratoria y las técnicas expositivas en el derecho requieren practicar y dimensionar los puntos estratégicos para el ejercicio competente.

La vocación de servicio público y la competencia en el servicio privado, además de motivación requieren contar con habilidades personales y profesionales que permitan desempeñar la labor.

Una persona profesional del derecho debe tener capacidad de argumentar cada caso, tanto a sus clientes como en los tribunales y por eso la oratoria juega un papel fundamental en el ejercicio del derecho que gradualmente ha migrado a la oralidad.

La oratoria es el arte de hablar en público con elocuencia y con la finalidad de persuadir o conmover al auditorio; en el derecho, esta capacidad es de gran utilidad para lograr inclinar la balanza hacia sus pretensiones en el terreno de los hechos.

La comunicación es clave para que el ejercicio del derecho tenga éxito en su función. La capacidad de comunicar de forma clara, precisa y estructurada ayuda a las y los abogados a reforzar sus ideas y debatir los argumentos contrarios.

Las habilidades comunicativas potencializan el liderazgo profesional y sirven para estrechar la confianza, aspecto fundamental para ejercer la profesión jurídica.

Más allá de ganar una competencia de litigación oral, las y los estudiantes adquieren valores como la disciplina, la ética, el compañerismo, el trabajo en equipo, la competitividad y habilidades para su vida profesional como la concentración, el pensamiento rápido y el trabajo bajo presión.

Los concursos sobre litigación oral son aprendizaje, para que las y los estudiantes de derecho conecten la teoría y la práctica en el terreno de los hechos universitarios.

Es un comienzo para la vida profesional ya que en el Derecho existe un camino muy extenso por recorrer y nuca se deja de estudiar con valores, habilidades y herramientas para resolver conforme a las leyes los conflictos en sociedad.