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Nada de lo que está sucediendo en nuestro querido México nos debe sorprender.  Nada que no imagináramos sucedería quienes no creímos las mentiras del candidato de un movimiento que prometía ser “diferente” a quienes habían gobernado el país.

Primera mentira utilizada en su campaña: El robo de la presidencia en 2006 donde compitió con Felipe Calderón; de ahí su odio absurdo por el expresidente. por el INE y por las instituciones.  Un sentimiento enfermizo que no debería prevalecer, mucho menos tolerarse, en un gobernante, por el daño enorme que puede llegar a ocasionar.

Está próximo a finalizar el sexenio de un individuo a quien se le dio la gran oportunidad de construir, de impulsar a nuestro país a otros niveles, de continuar con lo que había funcionado y de modificar lo que era necesario cambiar.

Lejos de hacer lo correcto, López Obrador desaprovechó un tiempo precioso al creer que aún estaba en campaña o que el ser presidente lo convertía en dueño de un país maravilloso como es el nuestro. 

Nos está dejando un país en muy malas condiciones; un México dañado por la violencia y la inseguridad porque el presidente nunca sintió compromiso con los ciudadanos, sino con los delincuentes. 

Pronto, habrá elecciones y se están dando cuenta quienes están en el poder, que existe mucha inconformidad en los ciudadanos, aún entre quienes votaron a favor de Morena no pocos están arrepentidos de haberlo hecho.

Ante la desesperación que los invade empiezan a dar “golpes bajos” a los que consideran “adversarios”, y replican -como siempre lo han hecho- las palabras del presidente, que ya no tienen la misma fuerza de antes, porque existe escepticismo entre los ciudadanos.

Las mentiras duran, hasta que la verdad sale a la luz.  Las mentiras sólo las creen los que se dejan engañar.

Por ejemplo, culpar a los gobiernos anteriores del problema de la inseguridad que se vive en buena parte de nuestro país, ya no les funciona.  Por lo tanto, se irá derramando lodo ¿contra quién? Contra Xochitl ¡por supuesto! Una guerra sucia, como parte de una estrategia que pretende causar daño a la candidata. 

El video que se difundió en redes y noticieros muestra a un joven en estado inconveniente.  Sin embargo, es un material que ya se había dado a conocer meses atrás y el chico ofreció disculpas a las personas que con su actitud había ofendido.

Ese video no se difundió recientemente por casualidad ¡No!  Se hizo con toda intención para dañar la imagen de Xochitl, una mujer que está en campaña y que tiene posibilidades de convencer al electorado para que le den su voto el próximo 2 de junio.  

No creo en las encuestas y menos cuando acarrean gente a la que le pagan por ir a los eventos o se ven obligados a asistir ante el temor de perder los programas sociales.

El comunicado que envió Beatriz Gutiérrez, esposa del Presidente López Obrador haciendo referencia al video del hijo de Xóchitl y pidiendo a los candidatos que “jueguen limpio” considero es parte de la distracción.  Pide no involucrar a los hijos ni a la familia.

Debido a la participación de la señora Beatriz en el asunto del video, recordé aquella frase que ella expresó: “Con los niños no” dirigida a un joven conductor que había hecho una broma -tal vez “pesada”- dirigida al hijo menor del Presidente.

Como mujer y como madre, comparto la opinión de que “con los niños no”.  Una madre defiende a sus hijos siempre, lucha por ellos y es capaz de protegerlos contra viento y marea.  

Aunque en mi opinión, no se trata sólo de defender a un hijo de un supuesto ataque o broma, sino también de apoyar a la niñez que lo requiera. 

Las mujeres, estemos o no en una posición privilegiada tratamos siempre de salir y brindar ayuda a quienes lo requieren y más si de atender a pequeños se trata.

Y si se puede lograr unir esfuerzos y obtener recursos entre la comunidad, que siempre está dispuesta a colaborar en las necesidades de otros, se espera mucho más de quien tiene el poder. Se hubiera esperado más de la esposa del Presidente en cuanto a la atención de la niñez se refiere.

Si no les querían dar atención a los niños, no les hubieran quitado los fideicomisos que ya existían para sus tratamientos.

Este Gobierno falló en brindar seguridad a los ciudadanos.  Demasiada violencia; pérdida de vidas.  Cero empatía y solidaridad con los enfermos.

Mentiras, destrucción, violencia.  ¿Para eso querían el poder? ¿Para eso desean continuar?

Recuerde estimado lector (a) que quien desprecia y destruye instituciones, no puede considerarse un buen gobernante.