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Coahuila

Chanson Française.

Por Joel Almaguer

Hace 1 año

La poesía desde tiempos inmemorables ha estado ligada a la música. El ritmo, las frases, la cadencia de las palabras, su misma musicalidad dan pauta a melodías que surgen como una Venus en el mar.

Ya desde épocas bíblicas, el rey David componía poemas que eran musicalizados. Con el paso de los milenios la poesía profana, aquella de temas no religiosos, también eran musicalizados. Evidentemente la iglesia durante muchos siglos fue quien regulaba o sostenía la creación musical. Sin embargo mucha otra obra musical no era necesariamente religiosa. Como ejemplo podemos recordar la poesía goliarda que nada de religioso tiene.

El álbum de esta semana es de obras del siglo 19 y 20 y particularmente de compositores franceses. La poesía de los simbolistas habita entre sus melodías. Durante estos siglos de efervescencia operística, se desarrolló en los pequeños salones, en las secretas cofradías melómanas un género particular.

Músicos y poetas unían su talento para dar vida a piezas musicales cortas. La Chanson Française es cualquier canción escrita en este idioma. Y ya desde Guillaume Dufay, en el siglo 14 por ejemplo, denominamos así a la canción con texto francés.

Compositores como Henri Duparc, Erik Satie, Reynaldo Hahn, Francis Poulenc, Gabriel Fauré o Charles Koechlin, conforman el álbum de esta semana. Si bien como tal la chanson française existe desde hace siglos, debe parte de su estructura durante el siglo 19 al lied alemán. Es una evidencia que una sociedad se debe a su geografía y su clima y que el idioma es determinante para el desarrollo de su pensamiento.

Cada lengua propicia una evolución particular de su poesía y su visión del mundo. También de su música. Quizá podríamos estar de acuerdo con Carlos I cuando dijo que el francés era la lengua del amor, el italiano de la política, el español la lengua para hablar con Dios y el alemán para dirigirse a sus caballos. Expresión jocosa, pero que muestra cómo una lengua tiene fortalezas que le son inherentes.

O como mi amigo Óscar Miramontes dice: “El rock en inglés, la cumbia en español, pero Bach, Bach en alemán.” Una variante de esta idea sobre el idioma como génesis del mundo.

Pero volvamos a los franceses, a la Francia de finales de siglo 19 y principios del 20. Aquella época que muchos añoran, como el personaje de Medianoche en París, de Woody Allen, y que expresa bien ese sentimiento que nos embarga a todos en no pocas ocasiones de nuestra vida. Si tiempos pasados fueron mejores, no lo sé, pero al menos la música y la poesía de estos artistas nada tienen que ver con la bachata. Que lo disfruten.

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