Nuestro país peligra ante la progresiva militarización, y no solo por la posibilidad de que el Ejército –gracias a la reforma que presentó la diputada y magistrada duranguense Yolanda de la Torre– se mantenga en áreas de seguridad pública y en las calles hasta 2028, sino porque López Obrador durante su sexenio ha “usado” –sí usado– la buena imagen de las Fuerzas Armadas para ampliar significativamente su esfera de atribuciones.
Ya construyeron el “CHAIFA”, el Tren Maya, vigilan puertos, administran también el proceso de vacunación y hasta aparecen en eventos políticos de Morena, sin contar que le prestan su avión a las “corcholatas” de la 4T. Todo eso en su conjunto da forma al famoso proceso de militarización que López Obrador impulsa.
Es una realidad que la “cereza al pastel” del Presidente, era precisamente la que estuvo a punto de colocar –de no ser por que las y los senadores lo evitaron– la hoy diputada duranguense, con licencia, a través de su milagrosa y espontánea iniciativa, también es cierto que la jugada de López Obrador “a dos bandas” seguirá buscando además –porque esto no se ha acabado– tambalear a la coalición Va Por Mexico, pero eso merece un análisis para otra ocasión.
El caso, es que Morena, al no ver condiciones en el Senado de la República, prefirieron aplicar “la huida”, sí, el Gobierno y Morena optaron por regresar la famosa iniciativa a comisiones y así ganar tiempo en su intención por conseguir –comprar– los apoyos que les faltan, mediante múltiples presiones y jugosos ofrecimientos.
Lo más lamentable de todo este proceso es que el Gobierno federal no ha dudado en utilizar las instituciones del Estado de manera coercitiva, a fin de amedrentar a legisladores y dividir a la oposición. Es decir, la justicia en México tiene fines solamente políticos.
Estas prácticas además de que vulneran totalmente la autonomía del Poder Legislativo, también anulan los contrapesos institucionales y son un golpe más a nuestro sistema democrático.
Las “dos bandas” por las que hoy juega AMLO, son determinantes para el futuro de México. Por un lado buscará a toda costa concluir su “proceso de militarización” entregándole a las Fuerzas Armadas en charola de plata lo que queda de “Policía Civil” (ya escribí acerca de los riesgos de la militarización) y por otra banda darle sepultura a la coalición Va Por México para desestabilizar a la oposición en 2023 y allanarle el camino a su proyecto en 2024.
Por eso mi reconocimiento absoluto a las y los senadores que se comportaron a la altura de las circunstancias, en lo que es sin duda, el momento político más importante que ha vivido nuestro país en los últimos tiempos.
Gerardo Abraham Aguado Gómez es miembro de Acción Nacional desde 2008. Exdiputado local en la LXI Legislatura del Congreso del Estado de Coahuila.
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