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Coahuila

El sueño, la intención y visión de cualquier persona; son el éxito para atraer todo lo que te propongas

Por Ramón Rocamontes

Hace 1 año

El poder hacer realidad lo que buscamos, antecede con un sueño, un anhelo que debería tener una intención y lo que te lleva sin duda alguna, a encontrar la visión y misión de vida que tienes, pero principalmente te ayuda a aclarar siempre lo que pretendes obtener.

No conozco persona alguna, que cuando desea algo; no establezca metas y objetivos, para emprender el camino a hacer bien las cosas, y aunque al principio, aparezcan obstáculos. Si perseveras y mantienes el SUEÑO, que es uno de los principales ingredientes para buscar obtener lo que te propongas, pero a la larga, tu mejor aliada, será la INTENCIÓN, que precede con el anhelo, donde inicia todo camino, para alcanzar dichos principios; sin embargo sin una VISIÓN, no llegarás a ningún lado.

El punto de partida para convertir tus sueños en realidad, es saber ¿A dónde vas?, ¿Qué quieres lograr?, ¿Con que lo quieres lograr?, pero ¿Porque lo quieres lograr?. Es algo intrínseco, ya que la intención tiene mucho que ver con una acción motivada al deseo de obtener algo, no precisamente un resultado, sino también disfrutar el proceso.

Por eso es importante tener un sueño, porque eso te lleva a tener una intención y desde luego a crear, si no lo has hecho, una visión de vida, para lo que pretendas obtener, si es en el deporte, en tu carrera y en la vida misma como esencia.

La intención, viene del latín, o término “intentio”, que nos lleva a la determinación de la voluntad hacia un fin o logro determinado.

El sueño o los sueños, de cualquier persona, son una fuente de inspiración, impulso o ilusión, sin embargo para lograrlos, se debe de acompañar de trabajo, tezón y desde luego perseverancia.

Mientras que la visión, es simplemente ver más allá de tus capacidades, el tiempo y espacio, pero además visualizar en términos de resultado que se pretende alcanzar.

En Proverbios 29:18, dice la palabra. “Donde no hay visión, la gente perece”. Y la visión abre el camino para conectarte con una misión, que te lleva a hacer crecer la semilla del éxito.

Sin duda alguna que existen muchas personas, que no saben a dónde van, que no tienen un rumbo en su vida.

Con estas líneas no pretendo, ni decirte que esto sea el secreto para triunfar en la vida, pero si cuentas con esto, lo utilizas, o enseñas a tus hijos o compartimos con nuestros estudiantes, deportistas o atletas y entrenadores; obviamente que el porcentaje del éxito será mayor, ya que de manera natural, ni en la escuela, ni en los equipos, te enseñan estos principios, pero siempre se hacen con la idea de aportar algo en tu vida y mejorar tu rendimiento, no solo para el deporte, si no para la vida.

Precisamente, en la visión, está uno de los primeros pasos, ya que para encontrar la victoria, se debe tener una visión, que lleva un largo proceso, pero es allí donde muchos claudican, ya que cuando se atraviesa un primer obstáculo, o tropiezo, muchos dudan de sí mismos, incluso le dan entrada a agentes externos de su entorno, y abandonan sus sueños.

Cuando inicias en el gimnasio, al inicio del año, para bajar de peso, o para prepararte para una nueva temporada; cuando empiezas un proyecto, o el cambio de categoría en el deporte o bien el acenso en grado de estudios, también un nuevo trabajo. En teoría habrá incertidumbre y te preguntarás, ¿Cómo me irá?, ¿Cómo estará?, ¿Qué tal me irá?.

Sin embargo hay que enfocarse en las cosas que dependen de uno y tener el foco de atención en eso, con una previsión llamada sueño, que te lleva a pensar, ¡Voy a hacer diferencia¡ ¡Me va ir bien!, ¡Voy a romper barreras!, ¡Mi tiempo es hoy!. ¡Lo mejor está aquí y ahora!.

En el camino, te van a decir de todo; que no vas a llegar, que no lo obtendrás eso que buscas, sin embargo a muchos que lograron grandes triunfos, inventos, logros, les dijeron igual, pero lo mejor de todo, es que ellos nunca dudaron de su capacidad. Ese es el secreto.

Si el sueño es grande, obtendrás grandes logros, y ahí estará el gran observador y crítico, que no hace nada, que solo será el castigador con su enorme y apático vituperio; creyendo que no se puede. Recuerda que el que no hace nada no se equivoca, y el que está tres metros bajo tierra tampoco. Sin embargo al final estarás con tus brazos en todo lo alto, festejando el anhelado triunfo de haberlo intentado.

Recuerdo hace algunos ayeres, cuando recién acabé mi elegibilidad, de prepa, con los “Daneses”, del Ateneo Fuente, tuvimos la oportunidad con otros compañeros y su servidor, en el semestre previo, para subir a Liga Mayor con Lobos; de participar con los Tigres de Jurisprudencia en unos juegos de exhibición, cuando aún era menor de edad y en los andares de ingreso al aún empastado natural del campo Juan Lobato Sánchez, varios compañeros murmuraban, que yo que quería ahí. Que, que pretendía en ese equipo, que aún me faltaba mucho.

Y sí, en efecto, me faltaba mucho, pero mucho por jugar, porque jugué mucho más. Que hubiera sucedido si hubiera hecho caso, de esos comentarios, me hubiera quedado sin jugar o quizá no estuviera escribiendo estas líneas y esa es una de las decisiones más importantes que he tomado y a la fecha no me arrepiento.

En ese entonces, ya tenía un sueño y la intención de ser uno de los mejores y eso me llevo a prepararme física y técnicamente de mejor manera, aún y con críticas.

Si nos dejamos llevar por las críticas, que nos hacen las demás personas, jamás lograremos lo que anhelamos. Hay que guardar en nuestro “Morral” de anhelos, lo que nos sirva, y lo que no, hay que tirarlo a la “Basura”, así de simple. Las cosas no las haces por demostrarle nada a nadie, si no para ser una mejor persona y siempre buscar ser el mejor en lo que haces, y para que lo haces.

No hagas caso, si te dicen, ya estás muy grande, no la vas a hacer, para que andas ahí. No tienes la capacidad. Todos esos conceptos, regrésalos o déjalos en las personas que los dicen, así de simple.

No importa quién sea el protagonista y no es relevante si soy yo, u otra persona, lo importante es que esto sirva para tener un rumbo y certidumbre en lo que haces, pero que sepas hacía donde vas y que quieres hacer.

He visto a innumerables campeones olímpicos, profesionales y de diversos ámbitos, que han manifestado, que el sueño es el inicio de todo proceso, porque es ahí donde inicia el camino, pero además que la intención de proyectar esa energía y ese trabajo hacia donde van, lleva más una motivación, que una obligación, para lograr las metas y objetivos planteados. Está comprobado que con estos puntos, puedes llegar lejos, pero de igual manera con una clara visión; vences tus límites y creencias.

Otra extraordinaria experiencia, fue cuando tuve la oportunidad de llegar a una Selección Nacional, gracias a la extraordinaria temporada de equipo en Liga Mayor, porque gracias a que forme parte de los Lobos y con el conjunto que hicimos. Pudimos estar representando a nuestros compañeros.

Sin embargo fue una oportunidad de grandes aprendizajes, ya que al término de la temporada, cuando se acaban los entrenamientos, continuamos con la preparación, con el trabajo de transición, pero además el (SUEÑO) de poder ser parte de éste gran equipo mexicano y al llegar la fecha del llamado, estar preparado, pero había una intención. Estar listo para cualquier llamado.

Al llevarse a cabo el partido en contra de un equipo de Estados Unidos, y con México, éramos muchos los integrantes, y para mi fortuna no jugué. Al final del partido, presenciado por más de 40 mil aficionados, en el Estadio Universitario de la UNAM, en el centro del verde, al estar saludando a los jugadores contrarios, hasta cierto punto con cierta decepción, pero con la ilusión de seguir, ya que era mi tercer año de elegibilidad y me dije, “Voy a regresar el siguiente año”, (VISIÓN) y como primer punto era el equipo de mi Universidad, la UA de C y posteriormente la Selección.

Al año siguiente, fue una de las mejores temporadas, (INTENCIÓN), y tuve la fortuna de regresar con una extraordinaria preparación y en el juego del selectivo Nacional, en el mismo escenario, con mucha actividad en el campo, al grado de anotar en un Tazón, que sin duda fue una experiencia de vida.

En todo este proceso, pude comprobar, que todo inicia con un sueño, pero no solamente eso, sino con la intencionalidad que lleva la intención y desde luego una visión, con los que se pueden obtener grandes resultados y no solamente en el deporte, si no en tu vida, en el trabajo, en la escuela y familia.

Con esta inolvidable experiencia, y lo digo desde la humildad, no desde la parte egóica, con la firme intención de compartir contigo que lo que hagamos, lo realicemos movidos por la convicción de perseverar y sobreponernos a los obstáculos que la vida y la misma gente, incluso con la que convives, te ponen.

Debemos de utilizar estas herramientas que están a nuestro alcance, solo que hay que creer, pero creer desde la convicción, no conveniencia o cuando queramos, sino siempre y dejar o cambiar lo que hagamos por obligación, por el querer hacer las cosas, para nosotros y obviamente si juegas en un deporte de conjunto, hacer equipo, si es individual, demostrar de lo que eres capaz, en donde quiera que estés. Los límites los pones tú.

¡Hasta la próxima!.

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