Qué natural, fácil y sencillo le resulta a nuestro Mandatario actual dedicarse a pretender destruir el estado de derecho que tanto costo representó a los mexicanos durante años, lo imagino en su silla presidencial en el Palacio de Gobierno (el cual habita) al estilo del primer emperador Agustín de Iturbide (a propósito él solo duró unos meses en el poder) o como el segundo emperador de México Maximiliano de Habsburgo, dirigiendo al son de la obertura de Guillermo Tell, la veloz destrucción de las instituciones públicas, a sus fieles súbditos, a sus siervos obedientes, sumisos. Los mexicanos no debemos olvidar que estas instituciones han garantizado a los mexicanos una vida democrática.
Para lograr llevar a cabo sus pretensiones, hace el planteamiento de varias reformas, una de ellas es la Reforma Administrativa, que tiene como principal objetivo eliminar a los organismos autónomos, entre ellos están los siguientes: el Instituto Nacional de Trasparencias, Acceso a la información y Protección de Datos Personales (INAI), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), El Banco de México (Banxico), la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el Instituto Nacional Electoral (INE), Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece).
Recordemos que estos organismos son creados en nuestra Constitución para que actúen con independencia en sus decisiones, su intención es desmonopolizar, agilizar, controlar, pero sobre todo transparentar ante la sociedad las acciones del Gobierno con el rango constitucional. Su función, por lo tanto, (por favor, poner atención a esto) es evitar que el Gobierno sea unipersonal y todopoderoso.
Es decir, sirven de contrapeso al poder, como puede percibir mi querido lector, si se acaban con estos organismos, inevitablemente se frenaría abruptamente el desarrollo del país, el resultado es un grave atentado a nuestra Constitución y las obligaciones internacionales, deja en total desprotección a la ciudadanía y da poder total al partido que está en el poder para perpetuarse en él, no habría reglas claras, seguridad jurídica, ¡por favor imagine usted las graves consecuencias a futuro y el gran costo social! Daría sí, seguridad al Mandatario en el poder de manejar a su interés las leyes, evitando a toda costa a “los enemigos del poder, a los neoliberales, a los conservadores” a expresar, denunciar y poner a la vista las atrocidades que cometa el Ejecutivo en perjuicio de la sociedad.
Le recuerdo lector que el estado de derecho es una forma de organización donde se garantiza la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, incluidos los que detentan el poder. El derecho es el que rige el comportamiento de los ciudadanos. En cualquier libro de derecho encontrará la siguiente definición: “Todo estado de Derecho debe tener los siguientes elementos: ‘Primacía de ley, Sistema jurídico de norma, legalidad en los actos de administración, separación de poderes, protección y garantía de los derechos y constitucionalidad de las leyes”.
No podemos dejar a un lado que una democracia se caracteriza porque el gobernante en turno toma decisiones que beneficien a todos los ciudadanos, su poder esta limitado, por eso existen los poderes Legislativo y Judicial.
El grave problema es que cuando se destruye el estado de derecho, la violencia se manifiesta sin que nadie haga nada, menos por supuesto las autoridades, se hace visible la incapacidad estatal para brindar seguridad a los ciudadanos.
Los que sustentan el poder recurren frecuentemente a diferentes estrategias represivas al margen de la ley, al borde del orden que se considera genuino como lo es la ley. Esta presente la torpeza política del máximo Mandatario, lo cual, impide poner orden en las instituciones públicas y sobre todo ordenar y vigilar una conducta ética de sus trabajadores, al contrario, justifica las conductas que perjudican los derechos de los ciudadanos, todo esto nos puede llevar a un estado absolutista, donde la máxima autoridad, se encuentra por encima de cualquier ciudadano, nadie puede hacerle sombra, porque inmediatamente se le elimina.
Por todo lo comentado, no podemos los ciudadanos permitir un retroceso en el país, le garantizo que el costo social será muy alto, solo le pido a usted ciudadano responsable, que cuida el futuro de su familia y sus siguientes generaciones, que ¡No debemos permitirlo!
Hay suficientes señales en la vida política del país de las intenciones del Presidente, sino me cree, analice con cuidado los eventos que están sucediendo en nuestra actualidad, este texto no me permite señalarlos porque me excedería en contenido.
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