Al celebrarse un aniversario más del inicio de la guerra de independencia, recordamos, que a los catorce años de edad, José María Morelos y Pavón dejó la ciudad de Valladolid para trabajar en la hacienda de San Rafael Tahuejo, propiedad Felipe Morelos, primo de su padre. Ahí aprendió cultivo de maíz y añil, y pronto se convirtió en el contador de la unidad agrícola y el escribano de recibos y remesas. Fue aficionado a la ganadería y la arriería, pasatiempo que le costó una fractura de nariz. Su bisabuelo rico, Pedro Pérez Pavón, había dejado un capital para su hijo natural José Antonio, siempre que se ordenara sacerdote y sirviera a una capellanía. Al dejar éste el seminario por casarse, la madre de Morelos, alegó para que ese capital pasara a su hijo por ser descendiente directo. Así, José María Morelos encontró su “vocación” sacerdotal a la no muy tierna edad de 24 años.
Impartió cátedra en gramática y retórica por dos años en Uruapan. Conoció a fondo la poesía de Virgilio y Ovidio, esta huella de clasicismo se refleja en algunas de sus proclamas insurgentes. Morelos escribió una devota novena a la milagrosa imagen del Señor de Carácuaro, venerado Cristo, a cuya fiesta, los miércoles de ceniza concurría mucha gente de diversos y lejanos pueblos. Morelos tuvo amores con una soltera de Carácuaro, llamada Brígida Almonte. Fruto de tales amores fue Juan Nepomuceno Almonte, nacido en 1803, y Guadalupe Almonte, nacida en 1809. Morelos afrontó la responsabilidad de procurar su crianza y educación, especialmente con Juan Nepomuceno, pero con reserva debido al celibato sacerdotal que debía guardar, por lo que no les dio su apellido.
En la retirada de Cuautla, al romper el sitio el 2 de mayo de 1812, Morelos se cayó de una mula. La contusión se infectó y duró semanas enfermo. En Oaxaca, Morelos fue retratado vistiendo por única vez en su vida el uniforme de capitán general, obsequio de Matamoros, adornado con una cruz pectoral que era del obispo de Puebla. Rechazó ser tratado como “alteza”, y prefirió tomar el epíteto de “Siervo de la Nación”, que está inspirado en el capítulo 10 de Evangelio de San Marcos: “Mas no es así entre vosotros; antes el que quisiere ser el mayor, será vuestro criado; el que de vosotros quiera ser el primero, sea siervo de todos”. Se dice que Napoleón Bonaparte, impresionado por las campañas y triunfos de Morelos, dijo: “Con cinco hombres como él conquistaría el mundo”. Morelos fue acusado de traición, condenado a degradación eclesiástica, y declarado hereje.
Coaccionado por sus verdugos -conocedores de su convicción religiosa- se retracta a cambio de recibir los sacramentos antes de morir el 22 de diciembre de 1815. (10 datos que debes conocer de José Ma. Morelos y Pavón, página Web del Bicentenario).
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