Ciudad de México.– Recientemente el conductor y productor Yordi Galo Rosado Álvarez narró en el podcast “De Todo un Mucho” el día en que Facundo esposó en la cabecera de la cama a su entonces esposa para pasar momentos de pasión.

En un capítulo del programa que graba junto a la actriz Martha Higareda, el ex “Otro Rollo” explicó que Esteban Facundo Gómez Bruera “ya” le dio permiso para contar la anécdota y decir su nombre.

En palabras de Yordi Rosado:

Todo comenzó un día que Facundo tomó del set de grabación unas esposas reales para llevarlas a su casa, dónde propuso a su entonces esposa Esmeralda Palacios esposarla de una muñeca a la cama como parte de un pasional juego de roles.

Ella habría aceptado sin dudarlo, por lo que iniciaron el jugueteo característico de dos adultos que viven juntos y quieren eliminar el estrés de la vida diaria con un acertamiento íntimo.

Tras esto comenzó el acto sexual, que explicó Yordi Rosado, se tornó cada vez más duro provocando que las esposas comenzaran a cerrarse paulatinamente hasta apretar la extremidad de Esmeralda.

Fue tanta la presión en su muñeca que la mujer pidió detenerse a Facundo por el dolor que sentía, pero todo estaba bajo control, ¿no? Las llaves terminarían con el sufrimiento.

Eso fue lo que ambos pensaban aunque de notar que el actor, conductor, comediante y productor no las llevó a casa. Entonces, no había forma de dejar libre a su entonces pareja sentimental.

Los gritos de la fémina provocaron la alerta de sus hijas, entonces pequeñas, y de su trabajadora doméstica, quienes despertaron en medio de la madrugada para preguntar si todo estaba bien.

Tras intentar de todo, entre cerrajeros que no respondían, cortar el metal, y otras técnicas, la muñeca de la mujer comenzó a ponerse morada por la falta de circulación. Por ello, decidieron salir de casa con todo y la cabecera de la cama.

Subieron al auto a como pudieron y tras dar algunas vueltas llegaron a una estación de Bomberos donde les ayudaron a romper las esposas y dejar libre a Esmeralda Palacios, no sin antes recibir una buena porción de carrilla.