Vida
Por Grupo Zócalo
Publicado el martes, 18 de mayo del 2021 a las 23:58
Ciudad de México.- En los medios de comunicación existen muchas campañas en contra de las adicciones, generalmente centradas en el exceso de consumo de alcohol, cigarro o sustancias ilegales.
Pocas veces escuchamos hablar de los problemas que se generan por la adicción al trabajo, un mal que incluso es visto con buenos ojos por un segmento que piensa que la productividad laboral y financiera lo es todo.
Pero ¿qué tanto sabemos de los workaholics y las formas en que la adicción al trabajo nos afecta? A continuación te explicamos las implicaciones de esta adicción.
Todos conocemos a personas que viven para trabajar, pero pocas veces pensamos que podrían ser adictos a su actividad laboral.
Los adictos al trabajo son personas que, después del fin de su horario laboral, de manera constante se mantienen en su oficina terminando pendientes. Además, al llegar a su casa lo primero que hacen es prender la computadora para seguir trabajando.
Este tipo de personas incluso se mantienen trabajando los fines de semana de manera recurrente y nunca toman vacaciones.
En realidad, personas así existen desde hace décadas, incluso siglos. Pero durante años no se vio como una enfermedad a la adicción al trabajo.
Fue hasta principios de los años setenta cuando la expresión “workaholic” se volvió popular, gracias al libro de Wayne Oates Confessions of a workaholic, y el término se volvió de uso común en los años noventa.
En su libro Oates se refería a los problemas que vivió él mismo por trabajar sin control, y que se parecían mucho a los que vivían los alcohólicos, por su carácter compulsivo y falta de control, y que le provocaron problemas de salud, en sus relaciones personales y en su funcionamiento social en general.
Con el paso de las décadas el concepto “workaholic” se fue definiendo, y se usa para describir a los adictos al trabajo, personas para las que el centro de su vida es su carrera profesional, y que se obsesionan tanto con su labor que descuidan su salud, vida social y familiar.
El especialista B.E. Robinsondescribe así a esta adicción:
“Se caracteriza por la sobrecarga laboral continua, voluntaria y compulsiva, de forma tal que el trabajador es incapaz de regular sus hábitos laborales y acaba excluyendo de su mundo social vital otros campos de interés y actividad.”
Según los parámetros de la investigación de Sarah Asebedo, un adicto al trabajo es aquel que labora más de 50 horas a la semana. Estas personas:
“Son más propensas a mermar su bienestar físico, en la medida en que se saltan comidas. Además, encontramos que la adicción al trabajo está asociada a una reducción del bienestar mental, dado el nivel de depresión que los mismos sujetos admiten tener”, indica la especialista.
Si no se trata a tiempo, puede provocar fatiga crónica, y ayudar en el desarrollo de otros padecimientos ligados con el sedentarismo, como obesidad, enfermedades del corazón, presión arterial alta, colesterol alto, accidente cerebrovascular, síndrome metabólico, diabetes, así como ciertos tipos de cáncer, incluidos los de colon, seno y de útero.
No existe una razón única detrás de esta adicción, pero la respuesta -en parte- se podría encontrar en la Teoría de la distribución del tiempo, de Gary S. Becker.
De acuerdo con esta idea, en la medida que las personas ganan más dinero dentro de su trabajo, empiezan a sentirse ansiosos cuando invierten horas de su vida que no representan una ganancia monetaria.
En otras palabras, mientras alguien se encuentra trabajando, cada hora implica una ganancia específica y cuantificable. Para estas personas el tiempo libre es, simplificando, una pérdida de dinero.
Así, al tener una charla con los adictos al trabajo a veces se descubre que incluso no les gusta su trabajo, pero saben que es una fuente constante y asequible de seguir generando dinero.
Además del interés por un bien económico, otra razón detrás de esta adicción es el miedo a quedar desempleado. Así lo piensan los psicólogos Néstor Porras y Laura Parra en un trabajo académico.
“El comportamiento adictivo de los trabajadores asalariados se configura como una estrategia de afrontamiento a la angustia, estrés, ansiedad y sufrimiento psicológico generados por el miedo a perder el trabajo manifestado en la percepción de alta inestabilidad laboral contemporánea.”
Los workaholics también tienen ciertos rasgos de personalidad que los vuelven más propensos a caer en esta adicción: Se sienten culpables o ansiosos si dejan de trabajar, muestran desinterés por otras actividades personales o sociales alejadas de su trabajo, les cuesta trabajo delegar y su comunicación interpersonal se ve afectada por esa necesidad de hacer las cosas a su ritmo.
Para la doctora Erika Villavicencio Ayub, de la Facultad de Psicología de la UNAM, la manera correcta de enfrentar esta adicción es educar a los trabajadores en estrategias de distribución del tiempo, para enseñarlos a distinguir el tiempo necesario para trabajar y para disfrutar del tiempo libre. Algo que, en tiempos de pandemia, es más necesario pero también más complejo.
Además, si se admite que se es adicto al trabajo, lo más conveniente es acudir a un grupo de apoyo y/o a psicoterapia.
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