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Caminito de la escuela

Por Aracely Rodríguez Guardiola

Hace 3 años

¿Sabía usted que México es uno de los pocos países en el mundo que mantiene las aulas escolares completamente cerradas?

Recientemente se cumplió un año desde que poco más de un millón de estudiantes coahuilenses de educación básica, media superior y educación superior recibieron la noticia de que las clases serían suspendidas para evaluar la atención a la pandemia por el COVID-19.

Por la mente de los más pequeños muy seguramente la noticia se festejó al darse cuenta de que tendrían “más vacaciones” y generó, en aquel lejano marzo del 2020, hasta una inocente alegría para los niños que escaparían de las maestras, las tareas y los exámenes. Los jóvenes de preparatoria, con emociones encontradas recibieron la noticia probablemente con algo más de preocupación, al no tener claro las implicaciones que tendrían al estar tanto tiempo fuera de las aulas, y seguramente, los universitarios estuvieron haciendo cuentas acerca de cuánto afectaría esta decisión en su futuro inmediato y en su desarrollo profesional.

La UNICEF acaba de dar a conocer en su estudio COVID-19 and School Closures. One Year of Education Disruption, que de los cerca de 1,900 millones de niños en edad escolar a nivel mundial, 168 millones, es decir, el 9% de ellos, siguen sin tener acceso presencial a sus escuelas. De esos 168 millones, el 58% pertenecen a América Latina y el Caribe, 36.6 millones de ellos viven en nuestro país y poco más de un millón en Coahuila, nuestro estado.

La directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, señaló con respecto a este estudio: “No debemos escatimar esfuerzos para mantener las escuelas abiertas o darles prioridad en los planes de apertura”.

En Coahuila, las puertas están cerradas para 619,499 niños de nivel preescolar, primaria y secundaria, para 140,932 jóvenes de preparatoria y para 110,494 universitarios. Habría que sumar a quienes asisten a los Centros de Educación Especial y a los Centros de Educación para Adultos. Hablamos de un universo que representa el 35% de la población de nuestro estado.

Entre las posibles consecuencias de este confinamiento escolar, además de la más directa que es la interrupción del aprendizaje formal, la UNESCO señala: afectaciones a la salud emocional, problemas en el cuidado adecuado de los niños en casa y abandono de los mismos, impacto económico al verse forzados los padres y madres de familia a abandonar sus trabajos, incremento en las tasas de violencia familiar, disparo en el abuso de sustancias adictivas y problemas de socialización entre otros.

Antes de la pandemia, la OCDE calificaba a México en el lugar 57 en nivel educativo a nivel mundial, es claro que superando esta etapa caeremos aún más en este ranking.

Generar las condiciones propicias para el regreso a las aulas es corresponsabilidad de sociedad y gobierno. Sin duda alguna este es uno de los momentos más críticos para la sociedad civil, sin embargo, también es un momento en el que su trabajo en conjunto nunca había sido más importante. Urge que todos cumplamos al pie de la letra las medidas sanitarias de prevención que de sobra conocemos. Urge que nuestras autoridades evalúen y generen estrategias eficaces y muy bien trazadas para el regreso a clases presenciales. Trabajando con autoridades gubernamentales y de salud, las escuelas también pueden desempeñar un papel importante en la ralentización de la propagación del COVID-19 para que los estudiantes puedan tener un ambiente de aprendizaje seguro y saludable.

Para evitar un mayor daño a la economía, los límites a la movilidad y restricciones sanitarias se han ido disminuyendo. Cada día vemos menos actividades no escenciales permitidas y mayores aforos en restaurantes y una infinidad de negocios, mientras tanto; a sabiendas de que entre más tiempo se prolongue el cierre de las escuelas la tasa de reprobación y la deserción serán mayores, estas en nuestro país siguen cerradas. Minimizar los estragos en el tema educativo debería ser también prioridad para todos. Debemos adaptarnos a la nueva normalidad, en todos los aspectos, un día a la vez.

 

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