Seguridad
Por Agencias
Publicado el miércoles, 4 de junio del 2014 a las 02:05
Tijuana.- A Citlali, su propia madre le ponía un pañal de tela en la boca cada vez que su padrastro la golpeaba con el cinturón o la chancla, así nadie la oía gritar o llorar. Golpes que le causaron la muerte.
La mañana del sábado pasado, el médico de guardia de la Cruz Roja diagnosticó la muerte de la niña de 2 años y 9 meses de edad.
Ahí en el hospital estaban su mamá biológica, Adriana Palomeque Gordillo, de 27 años, y Jaime Nájera Vega, “El Güero”, de 35 años, padrastro de la víctima.
Al revisar el cuerpo de Citlali Guadalupe López Palomeque, los doctores y enfermeras descubrieron tenía múltiples golpes, la mayoría en el estómago.
Solicitaron la presencia de la Policía Ministerial del Estado al advertirse un caso de violencia infantil, pero antes de que llegaran, él habló con la madre de Citlali.
“Échate la culpa, yo tengo dinero y te voy a sacar, no te preocupes”, pidió a Adriana.
El agente del Ministerio Público de la Unidad de Homicidios Dolosos se hizo cargo de la investigación y determinó tenían responsabilidad ambos adultos de origen chiapaneco.
Ellos se conocieron hace nueve meses, pero a partir de marzo empezaron a vivir juntos. Se fueron a la casa número 22 de la calle Villa Hermosa en la colonia Tecolote, en donde ya vivía Adriana con Citlali y otro hijo de ella, menor de edad.
“Hace un mes, él empezó a ponerse muy violento”, explicó la madre de familia a los investigadores.
Desde entonces golpeaba a la niña tres veces al día, primero con el cinturón hasta dejarla marcada.
Miguel Ángel Guerrero Castro, coordinador de la Subpocuraduría Contra la Delincuencia Organizada (SCDO) que depende de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), detalló que después le pegaba con una chancla porque decía que con el cinturón no le dolía.
La mamá le ponía a la niña un pañal en la boca para que no pudiera gritar, eso era cada vez que la golpeaba, indicó.
El médico legista informó en su reporte al Ministerio Público que la infante tenía sus partes nobles destrozadas, a consecuencia de los abusos.
La mamá declaró a los detectives que su hija comía piedras y para ayudarla a hacer del baño su pareja sentimental “le ayudaba con su dedo medio”, explicó Guerrero Castro.
Al ser presentada a los medios de comunicación, Adriana respondió con un “sí” al preguntarle si sabía porqué estaba detenida. Luego se quedó callada.
¿Abusaron de ustedes cuando eran niños?, se les preguntó. “Nos están acusando de que nosotros hicimos estas cosas con la niña. Pero no es cierto”, declaró Jaime.
¿Y los golpes a la niña?, se le cuestionó y él argumentó “no sé. Los golpes no son de nosotros. Yo estuve presente, nunca miré que la golpeara. Yo si le pegué con el cinto y la mano”.
La Procuraduría del Estado los consignó a un Juzgado Penal acusados del delito de homicidio calificado y podrían alcanzar una pena máxima de hasta 50 años de prisión cada uno.
El otro hijo de la mujer se quedó a cargo de un familiar y no se advierten abusos en contra de él, platicó el coordinador de la SCDO.
Guerrero Castro mencionó que según los papás los golpes a Citlali, eran para corregirlar y es una costumbre normal en su natal Chiapas.
Adriana y Jaime no trabajaban, vivían del dinero que la mamá de él, les enviaba de los Estados Unidos.
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