Sociedad
Por Redacción
Publicado el miércoles, 25 de febrero del 2009 a las 16:00
Saltillo, Coah.- No se trata de tratar una situación tan delicada de una forma frívola, sino de centrarse en que este tipo de problemas, como muchos en la vida, tienen que superarse por el bien propio y el de los hijos, si es que los hay.
Existen varios aspectos a considerar para llegar a la conclusión de que ha sido víctima de una infidelidad. En primer lugar, tendrá que valorar el tiempo transcurrido, es decir, durante cuánto tiempo ha estado sucediendo.
Puede encontrarse con casos en los que se han mantenido relaciones durante meses habitualmente, existiendo sentimiento hacia esa persona. En otros casos, la infidelidad supone contactos esporádicos con distintas mujeres extendidos a lo largo del tiempo.
Por último, también habrá casos en los que la infidelidad ocurre una sola vez y no se vuelve a repetir.
Otro factor a tener en cuenta es saber si existe algún tipo de emoción o sentimiento con respecto a la otra persona.
Será muy distinta la forma de abordar la situación si su pareja está enamorada de la otra persona o siente algo por ella.
También tendrá que tener en cuenta la posibilidad de contacto con esa persona, ¿se ven habitualmente?, ¿son compañeros de trabajo? Es importante a la hora de superar la inseguridad que esto va a generar.
A la hora de enfrentarse a una infidelidad habrá que tener en cuenta estos factores para saber en qué punto situarse.
No todas las personas van a reaccionar igual y, por supuesto, va a depender mucho de la situación en la que se haya producido; tendrá que valorar también el momento en el que se encuentra la pareja, si existen conflictos, la infidelidad será mejor entendida y podrá tener un porqué que la justifique Si la pareja se encuentra en un buen momento, tendrá que indagar en la personalidad del miembro que ha sido infiel para averiguar por qué ocurrió, qué debilidades aparecen en él qué le han hecho engañar a su mujer.
El en gañado y el infiel En una infidelidad siempre aparecen dos personajes: el engañado y el infiel. Dependiendo del papel que nos corresponda, nuestras emociones van a ser diferentes, también dependerá de la actitud que tomemos respecto a lo sucedido, no olvide que hay personas que no se arrepienten de una infidelidad, con ella se hacen más fuertes y refuerzan su ego (el cual está sometido sin duda a una baja autoestima).
Los sentimientos que a continuación se enumeran son aplicables a aquellas personas que viven la infidelidad como un engaño. El engañado se siente preso de culpabilidad, tristeza, desasosiego, falta de confianza en sí mismo y en el otro, defraudado y decepcionado con respecto a su pareja, ira, rabia, resentimiento, dificultades en perdonar.
El infiel: culpabilidad, confusión, inseguridad, tristeza, indefensión (no puede hacer nada, tiene que esperar a que el otro le perdone), minusvaloración.
Estos sentimientos requerirán distintas estrategias para intentar superarlos e irán disminuyendo a medida que vaya pasando el tiempo, independientemente de que la solución haya sido mantenerse juntos o separados.
Por otro lado, será útil establecer una serie de pautas a seguir si lo que quiere es salvar su matrimonio.
Hablando de pecados
» Mujeres casadas “ponen el cuerno” tanto como los hombres, asegura el sacerdote Hugo Valdemar.
» La infidelidad es el pecado que más cometen los mexicanos, de acuerdo con lo que admiten en sus confesiones a sacerdotes.
Mujeres y hombres, por igual, incurren en la infidelidad más que ninguna otra de las prácticas consideradas reprobables o pecaminosas por parte de la Iglesia católica.
Según el sacerdote Hugo Valdemar, vocero de la Arquidiócesis de México, al comentar un documento divulgado por L’Osservatore Romano, diario oficial del Vaticano, según el cual los hombres y mujeres no pecan igual, y que el principal pecado de ellos es la lujuria, mientras que en ellas es la soberbia.
Lo que sí no es común es que la gente confiese cometer alguno de los llamados pecados sociales que en 2008 la Iglesia estipuló como tales.
Nuevos pecados
Según la Iglesia Católica, estos son los nuevos pecados capitales:
» No realizarás manipulaciones genéticas.
» No llevarás a cabo experimentos sobre seres humanos, incluidos embriones.
» No contaminarás el medio ambiente.
» No provocarás injusticia social.
» No causarás pobreza.
» No te enriquecerás hasta límites obscenos a expensas del bien común.
» No consumirás drogas.
Consejos para superarlo
» Evaluar daños. Lo primero que debe tener en cuenta es de qué forma afectó la infidelidad en su vida. Usualmente las infidelidades de una noche causan menos daño que un engaño que se ha mantenido en el tiempo.
» Es tablecer un objetivo. Debe reconocer el valor que la infidelidad tuvo sobre su vida, es importante que establezca un objetivo de superación y reconstrucción de la autoestima.
» As umir la realidad. Asumir el engaño y cómo se siente al respecto es fundamental en la recuperación. No tiene nada de malo pedir consejo y oír a sus mejores amigas o familia.
» Evitar la morbosidad. Recuerde que el problema no es que la otra persona sea mejor que usted. Por lo general, un engaño es producto de problemas de la pareja.
» Realizar un autocontacto. Nada mejor para superar una mala experiencia que darse tiempo para uno mismo, saber cómo se siente y darse cuenta de lo que necesita para sanar.
» No dé gusto al resto. Cada uno tiene su tiempo y espacio para hacer las cosas. No hay nada peor que responder a las exigencias del resto y olvidarse de las propias.
» No todos son iguales. El que su pareja le haya engañado no quiere decir que en el futuro otra persona le haga lo mismo. Generalizar lo malo no le llevará a ninguna parte.
» No involucre al resto. Los problemas de pareja son sólo de los dos. Deje de lado a los amigos, parientes y, sobre todo hijos, y evite abanderizarlos con uno u otro.
» Busque ayuda profesional. Cuando el problema empiece a afectarle en todos los aspectos de su vida cotidiana debería considerar la posibilidad de acudir a un profesional.
» Equilibrar mente y corazón. La rabia y el dolor pueden nublar el buen juicio. Conversar con su pareja y evaluar la posibilidad de reconstruir la relación o definitivamente optar por otro camino. (Con información de Francisca Vega)
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