México, DF.- José Barba Martín recuerda que los ex legionarios de Cristo intentaron llegar al papa Juan Pablo II, para denunciar los abusos del padre Marcial Maciel. La investigación nunca progresó.

“El Papa protegió a Maciel, parecía un movimiento de maestros en busca de seminaristas; pero más bien era un culto en busca de dinero y en favor de un hombre poderoso”, dice.

El ex seminarista, y actual profesor del ITAM, asegura que el fundador de esta orden –que siempre trató con personalidades de círculos privilegiados– contaba con la venia de la Santa Sede para hacer crecer esta congregación, ligada a grupos de poder económico en el mundo.

Joyas, (relojes) Rolex y las aportaciones millonarias logradas por el padre –al que sus seguidores comparaban con San Agustín– eran parte de la validación de las prácticas de Marcial Maciel, al que se le atribuye la paternidad de una mujer que ahora estudia en Europa, y que concibió con una adolescente de apenas 15 años.

Barba vivió en carne propia la pederastia de Maciel. El también prominente académico del Instituto Tecnológico Autónomo de México ahora exige que la investigación contra el sacerdote no quede en el olvido.

Entrevistado luego de impartir clase, antes de las 19:00 horas en esta misma semana, en un restaurante de la avenida Insurgentes en el DF, Barba habla en exclusiva para Zócalo sobre su fatal experiencia en la orden impulsada desde el Vaticano.

Recuerda –con una voz quebrada que transmite el dolor y coraje de confrontar ideales por el sacerdocio y la Iglesia que amaba– que la adicción a la morfina llevó a Maciel a un estado de dependencia, de enfermedad y la comisión de actos que acabaron con la vida espiritual de seminaristas que se dedicaban a estudiar el camino de Cristo, para alcanzar los principios del sacerdocio.

INVESTIGACION ESPECIAL
Lourdes de Koster

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