George Orwell, seudónimo del novelista, periodista y crítico británico Eric Arthur Blair, fue autor entre otras obras de la novela política de ficción, 1984, cuya versión original en inglés es Nineteen Eighty Four, y que fue publicada en 1949.
La obra en mención forma parte de una selección subjetiva de los 50 libros que dan testimonio del paso de la historia humana, su progreso y su regresión.
Los libros con ladrillos de la identidad colectiva, monumentos de nuestra civilización que rompen las cadenas del tiempo.
En 1949, Orwell escribió en su novela: “El poder está en hacer pedazos las mentes humanas y unirlas nuevamente en forma de tu propia elección. Entonces, ¿comienzas a ver qué tipo de mundo estamos creando?
“Es justamente lo opuesto a las tontas utopías hedonistas que imaginaron los viejos reformistas. Un mundo de miedo y traición es tormento, un mundo en el que se abusa y se es abusado, un mundo que sólo se volverá más despiadado a medida que se perfecciona a sí mismo”.
Sin lugar a duda Orwell se habría sorprendido para mal, ante la vigencia de la relevancia de sus palabras.
La novela escrita en un momento marcado por los excesos de regímenes totalitarios que patrocinaban ideologías de la visión política advierte las consecuencias del autoritarismo de una sola fuerza partidista.
La novela 1984, una obra del pasado, encuentra nueva relevancia en el escenario político global del siglo 21.
El libro introdujo y popularizó términos que desde entonces se han convertido de uso común: Gran Hermano (dictador sin rostro), doblepensar (aceptación de ideas contrarias como resultado del adoctrinamiento), crimental (pensamiento no compatible con lineamientos oficiales), policía del pensamiento (división secreta policial que vigila a los crimentales), neolengua (lenguaje diseñado para ocultar la verdad), y habitación 101 (cámara de tortura).
La idea de que las personas acepten como verdadera cualquier cosa que el partido oficial decrete, se resume en la declaración que Winston Smith, personaje ficticio y protagonista de la novela reflexiona en su diario: “2+2=5”.
En esa dirección de verdad inestable se reflejan en la novela los nombres de los ministerios: el Ministerio de la Verdad que difunde propaganda y mentiras, el Ministerio de la Paz que procura la guerra, el Ministerio del Amor que practica la tortura y el Ministerio de la Abundancia que atiende la hambruna y la pobreza.
El personaje protagonista Winston Smith, trabaja en el Ministerio de la Verdad, conoce la edición de registros históricos con la finalidad de mantenerlos a raya con la narrativa de su gobierno, pero él se opone al régimen y recuerda su vida antes del partido, impulsa su resistencia pero al ser expuesto es “reeducado”.
El libro 1984, es un examen convincente de cómo las autocracias se enraizan y de cómo las prácticas políticas y eventualmente el lenguaje pueden explotarse.
El autor confirmó que tenía años escribiendo directa o indirectamente contra el totalitarismo y a favor del socialismo demócrata con una imaginación prodigiosa, que aseguró que sus libros tuvieran un gran público e interés.
Somos la única especie que produce libros para sintetizar las ideas y la imaginación, editando emblemas de la cultura, la experiencia y del conocimiento humano.
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