El 19 de febrero de 1913, el XXII Congreso Constitucional del Estado Libre y Soberano de Coahuila, en la ciudad de Saltillo, emitió el decreto número 1421, en el cual tiene su origen el actual Ejército Mexicano.
El citado documento desconocía al general Victoriano Huerta como jefe del Poder Ejecutivo de la República, así como todos los actos que dictara con ese carácter, y se le concedía al Gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, facultades extraordinarias en todos los ramos de la Administración Pública, para proceder a armar fuerzas que coadyuvaran al sostenimiento del orden constitucional en la República.
El decreto también exhortaba a los gobernadores de los demás estados de la República y a los jefes de Fuerzas Federales, Rurales y Auxiliares de la Federación, para que secundaran la actitud del Gobierno del Estado de Coahuila.
En el manifiesto publicado en la Hacienda de Guadalupe, Coahuila, el 26 de marzo de 1913, se establecieron las bases de este ejército, a efecto de que el Gobernador de Coahuila cumpliera con la misión asignada en el decreto del 19 de febrero.
Así, en artículo 4 del Plan de Guadalupe, se señala:
“Para la organización del ejército encargado de hacer cumplir nuestros propósitos, nombramos como primer jefe del Ejército, que se denominará Constitucionalista, al ciudadano Venustiano Carranza, Gobernador del Estado de Coahuila”.
En los artículos 5, 6 y 7, del Plan de Guadalupe, se definen los principales objetivos del Ejército Constitucionalista,
“Art. 5o. Al ocupar el ejército constitucionalista la Ciudad de México, se encargará del Poder Ejecutivo el ciudadano Venustiano Carranza, primer jefe del Ejército o quien lo hubiere sustituido en el mando.
Art. 6o. El Presidente interino de la República convocará a elecciones generales tan luego como se haya consolidado la paz, entregando el poder al ciudadano que hubiere sido electo.
Art. 7o. El ciudadano que funja como Primer Jefe del Ejército constitucionalista en los estados cuyos gobiernos hubieren reconocido la revuelta, asumirán el cargo de gobernador provisional y convocarán a elecciones locales después de que hayan tomado posesión de sus cargos los ciudadanos que hubieren sido electos para desempeñar los altos poderes de la federación, como lo previene la base anterior”.
El Ejército Constitucionalista contaba entre sus filas con militares de alta graduación, como Felipe Ángeles, Federico Cervantes, Jacinto B. Treviño y Vito Alessio Robles. Sin embargo, en su mayoría, estaba formado por ciudadanos que se unieron al movimiento y fueron entrenados en un inicio para uso de armamento y en tácticas de guerra por Francisco L. Urquizo.
El 4 de julio de 1913, en el Cuartel General de Monclova, Coahuila, Carranza emitió nombramientos y órdenes para su integración al ejército que combatiría a las fuerzas huertistas, y mediante decreto, se ordenó la creación de 7 cuerpos de Ejército, denominándolos: Del Noroeste, Noreste, Oriente, Occidente, Centro, Sur y Sureste.
Como vemos, el Ejército nació en su mayoría de civiles del pueblo mexicano, que se sumaron a la Revolución, en la búsqueda de un cambio que mejorara las condiciones del país.
Hoy la misión del Ejército Mexicano es servir a la sociedad, pero sigue nutriendo sus filas de los ideales de mexicanos, que buscan servir a su patria a costa de sus familias y sus vidas por la defensa de los intereses de la Nación y de cada uno de nosotros.
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