Internacional
Por Notimex
Publicado el viernes, 25 de diciembre del 2009 a las 22:46
Ciudad del Vaticano.- El Papa Benedicto XVI transcurrió una serena vigilia de Navidad y cumplió con sus actividades públicas sin problemas este 25 de diciembre, pese a la caída que sufrió la víspera antes de presidir la misa de Nochebuena.
El vocero del Vaticano, Federico Lombardi, confirmó a la prensa que el pontífice pasó una noche “perfectamente tranquila”, incluso comió un “panetonne”, el típico dulce navideño italiano, con sus colaboradores.
Agregó, es un “signo de tranquilidad” que la Navidad del obispo de Roma haya sido “serena y feliz” no obstante el “pequeño incidente”, causado por una mujer que se abalanzó sobre él provocándole un resbalón.
Según el portavoz, “no se puede blindar al 100 por ciento” al líder católico “si no creando un muro de división entre él y los fieles”, lo cual “es impensable”. La caída tuvo lugar a su ingreso a la Basílica de San Pedro, repleta de fieles.
“El Papa quiere acercarse a la multitud y la seguridad vaticana, aunque reaccionando con prontitud, no puede siempre evitar que episodios similares ocurran”, apuntó.
Calificó a la justicia del Vaticano como “benévola”, interpelado sobre la suerte de la causante del momento de confusión, Susanna Maiolo, una mujer de 25 años con ciudadanía italo-suiza y con problemas psicológicos, que fue internada en un centro de salud.
Como estaba previsto, al mediodía de este 25 de diciembre, Benedicto XVI se asomó a la logia central de la Basílica de San Pedro para pronunciar su mensaje “Urbi et orbi” (a la ciudad y al mundo) ante más de 100 mil personas.
Fue recibido por numerosos aplausos y porras, sobre todo de parte de un nutrido grupo de fieles de América Latina, entre los cuales destacaron mexicanos, brasileños, colombianos y ecuatorianos, muchos de ellos con banderas de sus países.
El Papa presidió la bendición con rostro sereno, sentado en un trono dorado, desde donde pronunció un mensaje de paz y prosperidad dedicado a las zonas más conflictivas del mundo.
Al finalizar saludó a la multitud deseando una feliz Navidad en 65 lenguas distintas, desde las más importantes como italiano, inglés y español a otras extrañas como el mongol, el arameo, el suahili, el maorí y el samoano.
Incluyó el guaraní, dialecto indígena usado por una etnia de ese nombre en Paraguay, Argentina y Brasil. Este año incluyó un nuevo idioma: el kazako.
“Feliz Navidad, Que la Paz de Cristo reine en vuestros corazones, en las familias y en todos los pueblos”, dijo el líder católico en español, mientras la multitud lo interrumpió con aplausos y cantos.
En la Plaza de San Pedro resonó: “se ve, se siente, el Papa está presente”, con el cual los feligreses latinoamericanos saludaron a Benedicto XVI, quien agradeció el gesto antes de despedirse e ingresar a la Basílica vaticana.
Las actividades públicas del pontífice continuarán este fin de semana, mañana sábado pronunciará la bendición con el Angelus, desde el Palacio Apostólico para recordar la festividad de San Esteban, primer mártir.
El domingo recordará la celebración de la Sagrada Familia con otro Angelus y, pasado el mediodía, se trasladará al barrio romano de Trastevere, donde compartirá el almuerzo con un grupo de pobres de la capital italiana.
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