Saltillo, Coahuila.- El escenario gris que caracteriza a los panteones todo el año se tornó de colores con las flores y ofrendas sobre las criptas, que más de 30 mil visitantes en cada cementerio de la ciudad llevaron durante la celebración de los fieles difuntos.

Colocaron cempasúchil, veladoras y papel picado junto al tradicional pan de muerto así como objetos preciados o alimentos que disfrutaban en vida, como golosinas, antojitos mexicanos y hasta cigarrillos, mismos que pierden sabor y aroma después de permanecer sobre las tumbas, aseguran los visitantes.

Quienes celebraron la muerte llevando conjuntos musicales hasta donde descansan sus difuntos, e incluso bocinas para armonizar la convivencia, para después disfrutar de la verbena popular que festejaba a la muerte a los alrededores con la venta de comida típica, artesanías, pan de muerto y juegos mecánicos.

SEGURIDAD E HIGIENE

Esta celebración, llevó a las autoridades cerrar el paso vehicular sobre algunas calles aledañas a los cementerios, como en el Panteón de Santiago, mientras que en otros sitios sólo se incrementó el número de uniformados con el objetivo de prevenir algún accidente.

Asimismo, autoridades de Salud en el estado acudieron para orientar a los vendedores en materia de salubridad, además repartieron tapabocas y redes para evitar dejar caer cabellos sobre la comida.

Se emplean menores en el Día de Muertos

Decenas de niños entre 8 y 14 años aprovecharon la suspensión de clases para ofrecer acarrear agua, pintar, limpiar y deshierbar las lápidas en el panteón de Santiago a cambio de recibir un pago durante este 2 de noviembre en la celebración de los fieles difuntos.

¿Le llevó el agua, señito?, preguntaban a los visitantes del panteón, cargando un par de cubetas y una escoba traídas desde su casa, incluso niños más pequeños hacían equipo para poder trasladar las tinas de agua hasta las tumbas de quien aceptara sus servicios.

“Les limpiamos la tumba, la cruz y les barremos alrededor, cobramos desde 30 pesos, depende del tamaño”, expresó uno de los menores, quien señaló que tiene su domicilio cercano al panteón y sus padres le dieron permiso de trabajar ayer por segunda vez.