Saltillo, Coah.- El grupo de obispos enviados por la Santa Sede a México para auditar todas y cada una de las obras de los Legionarios de Cristo será sólo para acallar las voces críticas, no para cambiar de raíz la enquistada malformación del concepto religioso que tienen los seguidores del padre Marcial Maciel, fundador de este movimiento.

El ex seminarista Alejandro Estrada dice vía telefónica para Zócalo que se trata de un mero “ilusionismo”, porque la secta sigue operando con las mismas mentiras y mediatizaciones de Maciel.

“Para nada ha cambiado, a pesar de que se anunció esta doble vida de Marcial Maciel, quien tenía tantas amantes como dedos en las manos… su doctrina buscaba adeptos y seguidores adinerados, para ‘desplumarlos’ de sus fortunas en nombre de la religión”.

Asegura que sólo están tratando de complacer a los medios, a los críticos, para atemperar la situación; pero “el Papa Benedicto XVI intenta eludir su responsabilidad en esta estafa, en esta basura que se fue dando en la religión católica… creo que más bien vienen sobre las economías que generan los Legionarios, no hay misión de renovar ni de castigar nada”, concluye el también autor del libro “El Legionario”, desde su natal Tamaulipas.

Ayer mismo, los obispos Ricardo Watty Urquidi, de la Diócesis de Tepic, que será responsable de revisar a los legionarios en su país y Centroamérica, junto a Charles Joseph Chaput, Arzobispo de Denver, responsable de Estados Unidos y Canadá, iniciaron el recorrido en tierras mexicanas. Así como Giuseppe Versaldi, Obispo italiano de Alejandría, Ricardo Ezzati Andrell, y Ricardo Blázquez Pérez.

Alejandro Estrada Alcalá, ex seminarista que asegura haber sido víctima sexual de Maciel, dice sentirse escéptico sobre el resultado de las investigaciones ordenadas por el Vaticano y que llevarán años, “porque hay muchos intereses económicos y de poder en medio de una indagación de este tipo”.

ACABÓ CON LA FE

» La Legión de Cristo inicia en 1941.
» Se estima que la congregación cuenta con más de 600 sacerdotes y 2 mil 500 seminaristas mayores y menores.