Nacional
Por El Universal
Publicado el martes, 28 de abril del 2009 a las 16:55
México, DF.- Cuando protegido con un tapaboca el diputado Emilio Gamboa (PRI) dijo que los líderes de las bancadas analizaban que sólo entren al Palacio Legislativo 10% de los empleados, el recinto era un cementerio.
El ausentismo laboral fue muy alto este lunes y se incrementó luego del sismo de más de cinco grados Richter, que obligó a muchas madres trabajadoras a irse a sus casas a ver por sus hijos.
Ya no hubo maratón de reuniones de trabajo, de foros, conferencias, exposiciones, visitas guiadas, que en un día regular atraen a más de 3 mil personas, además de las 5 mil que laboran en sus nueve edificios.
Desde primera hora entró en vigor una medida de control por la emergencia sanitaria: un puesto de revisión, por el cual pasaron a pie cada uno de los trabajadores, los pocos diputados concurrentes, periodistas y muy pocos visitantes.
—¿Tiene los síntomas? —preguntaba un integrante del servicio de seguridad y logística de la Cámara de Diputados y entregaba una copia en papel con la lista de malestares que revelan el contagio: fiebre, congestión nasal, tos, que son los evidentes. Los casos de foco amarillo fueron turnados a los médicos.
El filtro detuvo a 124 empleados de la Cámara de Diputados que fueron remitidos al médico y enviados a casa.
Pasillos y patios estaban solitarios, cuando corrió la voz de lo dicho por Gamboa: la Junta de Coordinación Política decidirá en la tarde qué medidas adicionales se van a tomar.
Y en dos salones se hacían preparativos para las reuniones de trabajo de las comisiones de Hacienda, de Jorge Estefan Chidiac, y de la Función Pública, de Benjamín González Roaro. “A ver si hay quórum”, decían los mismos legisladores en la megatumba que era por la tarde el Palacio Legislativo.
Con cubreboca, legisladores de la Comisión de Hacienda comenzaron su reunión de trabajo, y la televisión transmitió por circuito cerrado los rostros de los diputados semicubiertos.
En la cúpula de la Cámara de Diputados, los integrantes de la Junta de Coordinación Política resolvieron sesionar martes y jueves, como en las misas y los partidos de futbol, o sea “a puerta cerrada”.
Alguien preguntó a Javier González Garza, presidente de la Junta de Coordinación Política: ¿por qué se empecinan en trabajar ahora que no importa que lo hagan?
—Esa pregunta no te la voy a contestar. Pon lo que quieras —dijo.
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