Nacional
Por Reporte Índigo
Publicado el viernes, 29 de octubre del 2010 a las 14:00
México, DF.- Un grupo de reclusas decidió denunciar la red de prostitución integrada por custodios y servidores públicos en cárceles y tribunales capitalinos. La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal coadyuvó a destapar la cloaca del comercio de internas en los túneles de los juzgados federales: una realidad consentida por las autoridades penitenciarias, misma que hoy buscan minimizar, eludiendo así su responsabilidad en el problema.
Los días de audiencia, los túneles de los juzgados varoniles se convierten en callejones de lenones. Ahí las prisioneras que acuden a alguna diligencia son prostituidas por los custodios quienes las ofrecen como mercancía a los internos. El trueque de dinero a cambio de sexo acontece con el aval de las autoridades.
“El Jefe” –como se refieren las internas al custodio en turno que las vigila– es quien pone las reglas e indica los espacios donde puede llevarse a cabo el acto sexual. Éste tiene lugar entre presos y presas, en los baños o las salas de espera.
“Los baños de los juzgados federales son los más limpios y es donde tienen sexo internos e internas, aunque hay otro lugar denominado La Cava, el cual se ubica en el paso hacia los juzgados… que también alquilan para tener relaciones”, relata Lucía Cante Rojas.
Escalofriantes testimonios La prostitución de internas en los túneles de los juzgados federales es un secreto a voces que presos, presas, custodios, personal de los juzgados y autoridades penitenciarias han callado por años.
Es un negocio que lucra con las mujeres encarceladas, quienes son explotadas sexualmente, mediante coacción o por propia voluntad, por unos 30 o 50 pesos por cada encuentro.
En abril de 2010 la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) recibió la queja de una interna que denunciaba una red de prostitución. Meses después tuvo lugar la recomendación 04/2010 en contra de la Secretaría de Gobierno del Distrito Federal, la Procuraduría de Justicia local y el Tribunal Superior de Justicia capitalino por explotación de la prostitución ajena y trata de internas en el sistema penitenciario de la Ciudad de México.
La recomendación de la CDHDF destapó la cloaca del sistema penitenciario cuyas autoridades, encabezadas por la subsecretaria Celina Oseguera Parra y los directores de las cárceles, tenían pleno conocimiento de lo que ocurría en los túneles. Pero hicieron caso omiso de la problemática, según denuncian las víctimas.
Víctimas de custodios “Lo que nos parece más grave es que desde nuestra perspectiva existe una red de trata de internas. Hay una especie de explotación de la prostitución ajena, sabemos por testimonios que estos cobros que hacían las mujeres también implicaban una parte del dinero, una parte de la paga para los propios custodios, entonces sin duda ahí hay explotación de la prostitución ajena”, acusa el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Luis González Placencia en entrevista con Reporte Índigo DF.
El ombudsman capitalino lo tiene muy claro: “más allá de que sean dos o tres custodios, hay una responsabilidad que se comparte por toda la institución, porque sí es obligación de la autoridad darse cuenta de estos fenómenos y ponerles fin”.
El testimonio de Yusmary Guzmán Ramos, presa por el delito de robo en el penal de Tepepan, describe con detalles la operación de esta red de prostitución operada por custodios y personal de los tribunales.
La interna relató que ha sido víctima del personal de custodia el cual la acosaba para que accediera a prostituirse. La amenazaban con que, de no hacerlo, matarían a su esposo, Rolando de Jesús Aparicio Vilchis, quien se encuentra interno en el reclusorio preventivo varonil Oriente.
Cuenta que textualmente le decían: “Ay hija de tu puta madre, si no prestas, le vamos a mandar a dar en toda la madre al cubanito”.
Amenazas e insultos El mismo custodio que refiere la interna le dijo en otra ocasión que un interno ya le había pagado para estar con ella, sin manifestarle qué cantidad se le había cobrado, señalándole que “estaba mejor que su esposo y que eso se lavaba y quedaba como nuevo”, manifestó Yusmary.
De acuerdo con la víctima, ella siempre se rehusó a las solicitudes para prostituirse con cualquier interno pese al reiterado acoso por parte de los custodios.
En una más de las presiones, el custodio Vargas Díaz le dijo que un tal “Padrino” ya había pagado una buena cantidad por ella, a lo que la interna le gritó que ella no se dedicaba a la prostitución. A lo que de inmediato reviró el vigilante: “Tú siempre lo mismo, pinche extranjera. Ya no estás en tu país, aquí tienes que hacer lo que te digamos nosotros”.
CDHDF va por más “Recientemente se dio un incidente donde una persona fue golpeada por otras internas aparentemente en relación con este caso, ahora ella está custodiada y fue trasladada a la Penitenciaría de Santa Martha y ahí está siendo resguardada; la Procuraduría fue para levantar el testimonio de esta persona y lo que toca es garantizar que la integridad física de ellas quede a salvo”, destaca el ombudsman.
“Hay que ver cómo se pone esto frente a otros mercados ilegales que seguramente hay al interior de las prisiones y que tienen los mismos mecanismos de funcionamiento, la introducción de drogas, de alcohol, en fin, de todas las mercancías que son ilegales, la formación de grupos de poder, la venta de privilegios, todo eso debe estar relacionado de fondo con lo que implica el problema estructural de la cárcel”, concluyó.
Ella es una de las internas que rindió su testimonio ante las autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) que investiga la existencia de una red de prostitución al interior de los reclusorios capitalinos.
Más allá de consentir la prostitución en estos espacios, algunos funcionarios, aprovechando el poder de sus cargos, acosaban a las internas para que tuvieran relaciones sexuales con ellos al interior de los reclusorios a cambio de privilegios como permitirles tener un celular, un televisión o dinero.
Y describe la forma cómo era acosada: cuando llegaba al Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, antes de acceder a los túneles que dirigen a los juzgados “uno de los custodios cuyo nombre es Aarón Set Vargas Díaz, a quien los demás custodios le dicen “El Jefe” le manifestó que qué bonitas chichis tenía y que si así se daban en Venezuela, a lo que la emitente no le manifestó nada”.
Una vez hechas públicas las denuncias y la aceptación de la recomendación 04/2010 por parte de la Secretaría de Gobierno, la PGJDF y el TSJDF, el compromiso de la Comisión de Derechos Humanos capitalina es mantener condiciones de seguridad para aquellas que se atrevieron a alzar la voz.
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