Internacional
Por Notimex
Publicado el lunes, 13 de julio del 2009 a las 17:08
Ciudad del Vaticano.- El sacerdote ex miembro de los Legionarios de Cristo, Thomas Berg, pidió a esa congregación que “abjure lo más pronto posible” de su fundador Marcial Maciel y emprenda una reforma interna.
“Sobre este punto, no veo vías alternativas. Todos -y subrayo, todos- los retratos de Maciel que todavía están colgados en las casas de los Legionarios deben ser removidos”, dijo en entrevista publicada por el sitio italiano Chiesa.it.
El religioso estadounidense dejó la Legión el pasado abril tras 23 años de pertenecer a ella y luego de las revelaciones de sus superiores sobre la “doble vida” llevada por su fundador que incluyó la procreación de una hija con una amante mexicana.
Es director ejecutivo del Instituto Westchester para Etica y la Persona Humana, institución fundada en 1998.
A dos días del inicio de la visita apostólica, la auditoría a todas las instituciones de esa congregación en el mundo ordenada por el Papa Benedicto XVI, Berg insistió en exigir una toma de distancia real de la figura de ese personaje.
“Deben dejar de citar sus escritos en público (me enteré que en una misa celebrada recientemente en una comunidad, quien dio la homilía tuvo la osadía de citar un pasaje de una carta de Maciel)”, apuntó.
Además consideró como una consecuencia natural el “cese inmediato” de la costumbre de referirse al sacerdote fallecido como “nuestro padre” a la cual calificó de una “fórmula adulatoria cuyo uso él permitió y alentó”.
Expresó su temor de que salgan a la luz otras víctimas de Maciel y, si esto ocurre, “el bien de sus vidas debe convertirse muy claramente en una prioridad visible y en un deber para los superiores de la Legión”, sostuvo.
El ex legionario cuestionó que la orden católica siga con sus actividades normales pese a la inspección del Vaticano, la cual iniciará el 15 de julio próximo.
Criticó que 25 sacerdotes sean llamados a un retiro de “renovación espiritual” de dos meses en el centro legionario de Cotija (en el estado mexicano de Michoacán), alojados en la casa donde creció Maciel.
“¿Por qué allí? ¿Por qué Cotija? ¿Por qué todavía hoy?” se preguntó mientras consideró urgente suspender toda la labor de reclutamiento vocacional de la congregación.
Sobre el resultado de la visita apostólica fue prudente pero auguró que los inspectores ayuden a lograr una “honesta y objetiva autocrítica” entre los miembros de ese instituto religioso.
Se dijo “desconcertado” por la forma en que los Legionarios han tomado la auditoría: “No pensamos que haya algo de equivocado en (nuestra) cultura interna, pero si la Santa Sede nos pide cambiar algo, lo haremos”.
“La docilidad a la Santa Sede, si bien es loable y justa, enmascara una enorme falla: la incapacidad de comprometerse en una saludable autocrítica”, indicó.
Por ello indicó la necesidad de convocar un nuevo capítulo general de la congregación que sea conducido “bajo estrecha vigilancia” del Vaticano y con la participación de miembros que no hayan tenido puestos de mando.
“A los Legionarios se les debería hacer entender que no es tarea de la Santa Sede reformar la Legión. La Legión será reformada a fondo sólo cuando se reforme a sí misma desde dentro”, estableció.
“Pero esto sólo podrá comenzar –apuntó- con un auto examen que se mueva desde dentro y admita los errores”.
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