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Por Edith Mendoza
Publicado el miércoles, 8 de julio del 2009 a las 14:00
Saltillo, Coah.- El Taray es un pencazo enclavado en las cordilleras de la sierra de Arteaga que guarda entre sus paredes una riqueza biológica que se ha visto constantemente amenazada.
La cotorra serrana oriental, especie endémica del noreste de México, tiene su principal sitio de anidación en lo más alto de esta sierra, unos 3 mil metros sobre el nivel del mar, una tierra donde la vida no es fácil y la variedad de especies se ha adaptado para sobrevivir en un territorio indomable.
La Sierra Madre Oriental también conocida en este punto como la sierra de Arteaga, por su cercanía con el municipio del mismo nombre, se caracteriza por un clima privilegiado y una flora abundante, como en pocos lugares del estado, donde predomina el ecosistema desértico.
Diversas formaciones montañosas confluyen en esta región, tales como la de Siberia, Mesa de Tablas, Los Lirios y Carbonera, ente otras.
A simple vista la sierra pareciera ser un territorio amable, pero las condiciones pueden ser adversas, este es el escenario que cada verano observa la supervivencia de la cotorra serrana oriental.
El Taray cuenta con una superficie de 360 hectáreas. La vegetación de la sierra está compuesta principalmente por pinos y en sus bosques habitan topos, venados, gatos montés, camaleones, águilas, codornices, gavilanes y lechuzas.
En época de invierno la nieve cubre gran parte de la sierra, tiempo en el que la también llamada guacamaya enana inicia su vuelo hacia la serranía de Querétaro, donde pasa la temporada.
A pesar de los intensos rayos del sol del mediodía, el biólogo Feliciano Heredia Pineda, en compañía del equipo del Museo de las Aves de México, organismo encargado de preservar esta área protegida, realiza un recorrido por el predio para cumplir la misión: resguardar la totalidad de las especies que lo habitan, principalmente la cotorra.
El trayecto no es sencillo. Desde temprana hora, procedentes de Saltillo, luego de comprar algunos víveres, tomaron la carretera 57 hacia México, luego la desviación hacia Los Lirios hasta llegar al ejido Jamé, ubicado al norte del municipio de Arteaga. Es aquí donde comienza la terracería, aún accesible para cierto tipo de vehículos.
Arteaga es muy montañoso y en él penetra al estado de Coahuila la bifurcación hacia el oeste de la Sierra Madre Oriental, constituida por una serie de cordilleras paralelas.
Pese al crecimiento de la actividad humana en la región, las grandes elevaciones, valles, cañones y la inaccesibilidad a este territorio han hecho posible la supervivencia de ésta y otras especies, aunque no por mucho.
La ganadería y la agricultura, el aprovechamiento descontrolado de los recursos naturales y la construcción de cabañas en la zona han hecho que gran parte de los sitios de alimentación de la cotorra serrana oriental se pierdan poco a poco.
Aunado a esto, las plagas afectan en temporadas algunas especies de plantas, pero, sin duda alguna, ningún daño tan importante como del paso del fuego.
A decir de Heredia Pineda, quien se encarga del manejo de las áreas de reserva natural del Museo de las Aves, fue en 1998 cuando la sequía y el paso del hombre arreciaron su afectación sobre este terreno, generando importantes incendios que devastaron una buena parte del hábitat de las especies, de la que aún se observan claras huellas.
Ese siniestro, aunque no se dio propiamente en el santuario, pasó cerca, acabando con 7 mil 580 hectáreas de bosque que servían de alimentación para la cotorra serrana.
Aunque vinieron otros incendios en esa zona, en 2006 la sierra El Taray fue escenario de una época lamentable para la “Rhynchopsitta terrisi”, la reducida población de la especie puso un pie en la tumba.
Y es que en la época de incendios, buscando evitar un siniestro mayor, diversos organismos llevaron a cabo lo que se denomina una quema controlada que lamentablemente barrió con la principal fuente de alimentación de la cotorra, obligándola a volar grandes distancias para conseguirlo, incrementando su riesgo.
“Al siguiente año fue muy clara la disminución en el número de crías, incluso casi nulo, por lo menos en el santuario. Las condiciones mismas de la vegetación, así como las meteorológicas fueron la causa (…) Se confiaron pensando en que habían controlado el su totalidad el fuego, pero es una labor muy complicada (…)”, dijo Heredia Pineda.
Cabe mencionar que una de las amenazas naturales de la cotorra serrana son la aguililla cola roja, águila real, búhos y algunas otras aves rapaces depredadores que son parte de la dinámica de la naturaleza.
Muchas personas las cazan, ya sea para vender, para mascotas o hasta por curiosidad les disparan, sin saber la tragedia ambiental que ello significa.
A pesar de la pérdida de hábitat y la degradación, el sitio de anidación está intacto; el risco mantiene sus tonalidades rojizas y grises, protegiendo a las aves adultas y a sus crías en los pequeños huecos que se forman.
Luego un arduo recorrido por las veredas de El Taray y a unos metros del peñasco, precedido por caminos escarpados y filosas rocas, se puede escuchar el sonido que emiten las más de 100 parejas de cotorras, con un panorama majestuoso que ofrecen las montañas con sus diferentes tonalidades y en contraste con el firmamento.
Aunque desde lejos son apenas unos puntos blancos en movimiento, de cerca se pueden apreciar sus intensos colores verde y amarillo.
Monógamas, las guacamayas no se despegan de su pareja aún en el vuelo. Parten en pares y en ocasiones junto a otras parejas, aunque siempre bien definidas.
Aunque ahora recorren mayores distancias para encontrar su alimento, en un clima predominantemente frío, difícil para este tipo de especies, su población va en aumento.
Sin embargo, será responsabilidad de cada uno de nosotros esforzarnos por lograr que estas aves continúen surcando los cielos en las montañas.
DATOS
Amenazas para la supervivencia de la cotorra serrana: Diversas alturas en la sierra de Arteaga Incendios que pusieron en riesgo a la cotorra serrana oriental
» Deforestación
» Pérdida de hábitat por incendio, por tala o plaga
» Depredadores naturales como aguilillas y halcones
» Paso del hombre
» San Antonio 3,500 msnm
» San Lucas 3,200 msnm
» Los Lirios 2,770 msnm
» La Carbonera 2,340 msnm
» 1998, en sierra La Martha, destrucción mil 580 has.
» 2006, en el santuario El Taray, destrucción: 253.94 has.
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