Internacional
Por Notimex
Publicado el sábado, 16 de enero del 2010 a las 05:34
México.- La esposa del embajador de México en Haití, Elsa Montero Contreras, consideró que el flujo de la ayuda humanitaria a la población es lento debido al problema de logística que se enfrenta en el aeropuerto de Puerto Príncipe para distribuirla.
La esposa del embajador Everardo Suárez Amezcua comentó que hay mucho desorden en la terminal aérea para organizar la ayuda enviada por varios países a la isla, que fue golpeada por un temblor de 7.0 grados Richter.
“El caos en el aeropuerto es tal que no hay quien ayude a nadie, cada país llega en sus aviones con sus embarques y si tienen suerte encuentran a alguien que les ayude a bajar sus cosas y si no se las arreglan como pueden”, dijo Montero Contreras.
En entrevista telefónica durante el programa de radio del periodista Joaquín López Dóriga, Elsa Montero relató que en el momento del sismo ella se encontraba en su casa, de la cual salió y lo único que pudo percibir fue una nube de polvo provocada por el derrumbe de varias casas de los alrededores.
“La residencia está en una colina que está como a 600 metros de la ciudad principal, al principio pensé que era un huracán porque hubo una ráfaga de aire acompañada de un ruido espantoso, después vinieron los sacudimientos”, dijo.
“Vi una nube de humo y pensé que era una erupción volcánica y después me di cuenta que toda esa nube blanca que se hizo en un instante era por la cantidad de casas que se derrumbaron”, resaltó.
Recordó que las comunicaciones quedaron interrumpidas y fue dos horas después que logró contactar al chofer de la embajada, quien le informó que su esposo se encontraba bien y que regresaría a su casa caminando.
“Casi a las dos horas pude comunicarme con el chofer de la embajada que era el único que contestaba, me dijo que todos estaban bien y que todos estaban tratando de regresar a sus casas caminando porque no había otra forma y tardaron en llegar dos horas en un trayecto de 15 minutos”, relató.
Calificó la noche del martes como espantosa, debido a que las réplicas eran constantes y fuertes. “Hubo una en la noche muy fuerte que pensamos que ahí si se iba a caer todo, pero fue cuando se pidió a la población que se concentrara en las plazas y terrenos que no tenían construcción alguna”.
Entonces, expuso, ahí fue cuando se escucharon miles de voces de la gente gritando desesperada, lo que provocó una sensación triste y aterradora, comentó la esposa del embajador Suárez Amezcua, quien se percató de la magnitud del sismo camino al aeropuerto para abordar el avión que la trajo de regreso a México.
“Fue muy impresionante pasar por la calle principal, todo se vino abajo en una hora pico, fue muy impactante y uno volteaba a ver las calles y había algunas en las que no había nada”, finalizó.
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