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Museo de las Aves: El arte de dar vida a la piel

Por Edith Mendoza

Publicado el jueves, 13 de noviembre del 2008 a las 16:07


A la corta edad de 11 años, Francisco Cansino de la Fuente dejó a un lado los cochecitos de juguete y las canicas

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Saltillo, Coah.- A la corta edad de 11 años, Francisco Cansino de la Fuente dejó a un lado los cochecitos de juguete y las canicas, para dedicarse de lleno a las excursiones y al arte de dar vida a la piel, la taxidermia.

Un oficio poco común es sin lugar a dudas la taxidermia, lo que consiste en el acondicionamiento de la piel de los animales.

Cansino de la Fuente fue uno de los contagiados del amor a las aves por parte de Aldegundo Garza, fundador del Museo de las Aves.

Llegó a Saltillo cuando aún era un niño, proveniente de la comunidad Santo Domingo, del municipio de Ramos Arizpe, ya que por circunstancias de la vida llegó a vivir con una tía.

Al poco tiempo inició las excursiones a regiones cercanas a esta ciudad, a las cuales era invitado por el fundador del Museo de las Aves, dedicándose de lleno a esta actividad, por lo que dejó su estudio básico.

“No estudié gran cosa, me vine a vivir con una tía, y no había quien le insistiera a uno en el estudio, y sucede que empieza uno a ganar dinero. Muy apenas termina uno la primaria y le sigue uno y por ahí se va”, dijo.

“Es cosa de la que no me arrepiento, porque he conocido a mucha gente y muchos lugares y he aprendido mucho de don Aldegundo en cuestión de aves”, reiteró.

Y es que hoy en día tiene 30 años desde que inició con la taxidermia y a colectar aves, a las cuales ha aprendido a amar.

Aún recuerda la primera expedición que realizó fuera del estado, cuando salieron en la búsqueda de grullas y gansos.

“En ese tiempo era invierno, que es cuando llegan las grullas y los gansos, que era por lo que íbamos. Era un frío bárbaro ahí, que tan grande podía estar yo, porque ahora nos reímos de eso, porque los dos cabíamos en un catre, de esos que se doblan. Nos servía porque nos quitábamos el frío, yo era un niño prácticamente. Ahora que veo mis fotos ahí donde traía una cachucha como de El Chavo, era de piel con sus orejeras con la que me ayudaba mucho”, explicó.

Cansino de la Fuente ha participado en disecar una buena parte de todas las especies que se encuentran en el Museo de las Aves.

“Ha sido una experiencia que difícilmente se repite. A veces la gente lo ve de manera negativa porque implica que las aves mueran, matarlas. Yo creo que México es uno de los países con una biodiversidad más grande, porque además tiene desiertos, playas, bosques… es riquísimo y se da uno cuenta gracias a las aves, porque hay una gran variedad”, dijo.

El taxidermista aprendió sus técnicas básicas a la edad de 17 años con Pedro Fuentes (QEPD), que entonces tenía su taller en la calle Zaragoza, y desde antes de que se iniciara formalmente el museo ya colaboraba con él en la colección.

Aunque no recuerda cuál fue la primera ave con la que trabajó, tiene muy presente a un cuervo entre sus primeras obras.


EL PROCEDIMIENTO

» Francisco Cansino muestra el proceso para disecar las aves, en este caso con un Pico Grueso de los Bosques Tropicales, una especie no propia de la región.

» Taxidermia su nombre se deriva de las palabras griegas “taxis”, que significa acondicionamiento, y “dermis”, piel.

» La taxidermia tiene un amplio campo de acción al no ser única y exclusivamente practicada con animales provenientes del aprovechamiento cinegético, sino de igual manera con animales que se tienen en cautiverio, con mascotas y en algunos casos en específico se ocupan técnicas de reproducciones como las que se utilizan en museos.

» “Aunque se puede trabajar en seguida, es bueno que se enfríe un poco, para que los líquidos se coagulen un poco y no manchen mucho el plumaje y se conserve lo mejor posible”, dijo.

» Se realiza una incisión en el pecho del ave con la menor longitud posible, y con la ayuda de harina de maíz, un bisturí, y pinzas, se extrae todo el músculo del espécimen.

» Con ayuda de fibra de madera e hilo de algodón se forma el interior del ave, que será introducido cuando se acomoden los alambres que le den la forma deseada.

Luego se sutura y se trabaja en la base que lo sostendrá.

El taxidermista aprendió sus técnicas básicas a la edad de 17 años con Pedro Fuentes (QEPD), que entonces tenía su taller en la calle Zaragoza, y desde antes de que se iniciara formalmente el

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